lunes, 15 de junio de 2009

Surfer Fashion




El estilo surf siempre esta de moda y esto se ha mantenido a lo largo de décadas desde que ingresó el deporte de la tabla hawaiana por Carlos Dogny en los 60's.

Y creo que de una manera u otra todos durante la juventud hemos sido encandilados ya sea por los luaus, la ropa o simplemente por el apego a las playas. Otros, fueron mas allá y salían a correr olas incluso en el oscuro y nublado invierno limeño. Los wetsuits, las tablas y la cera de distintos aromas han sido parte de nuestra juventud playera. Incluso el bronceado y la creencia que el cabello se aclara en contacto con el agua de mar

La moda persiste y conozco muchas personas, sobre todo algunos cuarentones, que pasan regularmente por el solarium durante los meses de niebla. Otra historia es el cabello, el verano pasado volví a la playas de Miraflores y una de las cosas que me sorprendió, entre toda la fauna playera que merece nota aparte, la cantidad de tablistas con el pelo ensortijado y con tintes rubios, incluso en nadadores que de acuerdo a algunos entendidos, serían definidos como étnicos.

Y claro, eso que puede ser campo para los estudiosos de la huachafería limeña, denota el consumo creciente de tintes para cabello en todos los estratos sociales y en todas las edades. Los medios de comunicación empujan a patrones de belleza definidos: delgados, blancos y jóvenes.

Esto es algo que no escapa a los médicos, donde los años de experiencia son un plus invalorable. Sin embargo, como cualquier ser humano algunos médicos desean compartir experiencia con juventud, y con ello no me quiero referir a los jóvenes médicos que quieren quemar etapas en un entorno cada vez mas inmediatista, sino a lo extendido que viene a ser el retoque capilar entre los Miembros de la Orden.

Hasta hace unos años, lo único que se veía eran desesperados varones en lucha contra una calvicie rampante: la técnica principal era dejar crecer el cabello que aún se conservaba y luego volcarlos sobre el cuero cabelludo desnudo, luego se sujetaba con gomina o incluso con ganchitos de pelo.

Para los más atrevidos quedaba la alternativa del peluquín, que aún tiene sus adeptos.

La mayoría que tenía el cabello intacto, tenía la opción de, o dejarlo en limites "normales" o dejarselo largo al estilo de los futbolistas argentinos o de cepillarse hasta llegar a los niveles vaporosos del "Puma" Jose Luis Rodriguez o de peinarlo al estilo Travolta de Fiebre de Sábado.

Pero existe un rubro cada vez mas creciente: el de pintarse el pelo. Pero no como nuestros surfistas cholos, de rubio, sino de negro azabache. Claro que en este ambiente hay de todo como en botica, hay los recatados que disimulan sutilmente las canas hasta los atrevidos, aquellos que tienen el cabello negro y los bigotes blancos o peor aún, las arrugas que funcionan como un agudo contraste con un cabello cuasi artificial, como de muñeca.

Asi que los imagino, en un acto de amor con la esposa visitando al mismo peluquero. Asi están nuestros albores del siglo XXI