Por definición el acrónimo SOAT es Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito, así que el mal llamado SOAT médico es una barbaridad desde el nombre.
En primer lugar no voy a justificar ni atenuar la presunta negligencia cometida en la amputación incorrecta de una pierna sana en el Hospital Sabogal, por tal motivo no estoy de acuerdo con el comunicado de los "coleguitas" aparecido hace unos días en algunos diarios, condenando las acciones administrativas en Essalud y las declaraciones del Decano del CMP. Me parece mas la estrategia de siempre, desviar la discusión hacia puntos banales y caminos sin salida, enredarlo todo y quedar como al principio.
Creo que es potestad de la cabeza institucional el escuchar a las partes, investigar y tomar decisiones administrativas en forma rápida. Obviamente el supuesto afectado tiene el derecho al reclamo y el acusado debe actuar con prudencia y celeridad para aclarar el hecho y defenderse lo mas pronto posible. El levantar banderolas con un tufillo sindical no conduce a nada y seguirá manchando nuestra ya alicaída imagen en la opinión pública.
Por otro lado, me sorprende la rapidez con la que se juntaron los supuestos casos de negligencia, no solo en el Hospital Sabogal sino en otras dependencias del seguro. ¿Un psicosocial? ¿Una estrategia comunicacional de las compañías aseguradoras? ¿un conflicto partidario en Essalud? Y los medios se los comieron todos (los casos), sin verificar a la otra parte lanzaron una andanada de noticias, comentarios y puyas, parece que n aprenden de sus propias experiencias o no se acuerdan de la patinada que tuvieron con el caso de los Pishtacos.
Pero no fueron los únicos, el Presidente del Poder Judicial habló de un serial killer en Essalud y el presidente del Consejo de Ministros justo se acordó de un problema similar con un conocido suyo. para empezar el Dr Villa Stein debería ser más cuidadoso con lo que dice y preocuparse mas de sus problemas internos: la absolución de sospechosos de asesinato, el descarte de pruebas del caso los petroaudios, los problemas de competencia con el fuero militar, y siguen...; en tanto desde la PCM, mejor que se preocupen de las catástrofes en Cusco y Puno, que ya han provocado muertes y pérdidas por falta de prevención, pero eso es asunto que tocaremos mas adelante.
Regresando al Seguro Médico, parece que el asunto de fondo, al menos la versión popular, va por el hecho de tener un monto que cubra las complicaciones ocurridas con el paciente. Peor sería, y moralmente muy discutible, que el médico cree un "pozo monetario" pagando una prima, a fin de que pueda pagar las indemnizaciones de las demandas que le harán los pacientes. Ese tema no sólo es inmoral sino parece un calco de situaciones que se vivieron en los Estados Unidos hace ya casi 20 años. Se pretendería repetir un modelo perverso a sabiendas solo con el fin de ganar dinero.
En los círculos de negocios no es un secreto que para introducir un "producto" llamado un commodity, el jefe del área elabora un plan de negocios, estudia el mercado, a sus clientes y prepara las estrategias de venta y las proyecciones de ganancia y el porcentaje de participación en el mercado. Por ejemplo, el seguro de robo de tarjeta de crédito es un producto, como el seguro vehicular.
Por ello, el mercado de los errores médicos es una perita en dulce, ya que las compañías aseguradoras deben haber establecido el "grado de siniestralidad" del acto médico y los montos de una prima, que multiplicados por los miles de médicos deben de reportar una gran ganancia, ya que si no fuera así no entrarían al mercado, puesto que las referidas compañías no son instituciones de caridad.
Ahora bien, los lobbies son poderosos, si antes habían empujado a congresistas a luchar por el seguro médico, ahora parece han empujado a alguien o algunos para lanzar un proyecto de ley. Sorprende sí, ya que el Ejecutivo, tan lerdo en su capacidad de respuesta oportuna a problemas coyunturales, el Baguazo para citar solo un ejemplo, ha sido muy rápido en enviar un proyecto de ley al congreso.
Hablemos ahora del Seguro de marras en el caso de vehículos ¿cuando alguien sufre un siniestro, el seguro cumple inmediatamente?, la respuesta es no, primero evalúa las condiciones del siniestro y luego decide si compensa o no, en el caso de seguros de salud, el potencial asegurado pasa por una serie de exámenes para probar su buena salud y si tiene "condiciones preexistentes" sencillamente no lo asegura. A mayor tasa de siniestros, mayor es la prima.
En las condiciones actuales del sistema sanitario del MINSA, los riesgos de error son altos: mala infraestructura, pobre capacitación y profesionalismo del personal paramédico. En Essalud, ocurriría una situación particular, cuentan con recursos, el personal no lo sé, pero tienen un sistema de atención "a destajo" que despersonaliza el contacto con los pacientes, lo que importa es la productividad. En el sistema privado hay un mercado persa, los hay muy competentes y con tecnología, como otros mal preparados y en malas condiciones.
Indudablemente lo costos de atención subir´pan y se cargarán al paciente, si alguien llega con cefalea, no parará hasta la tomografía por el riesgo muy alejado de un tumor cerebral, pero riesgo al fin que puede ser fatal si nos encontramos con un abogado con dos neuronas funcionando y con gran apetito monetario. Claro, esto no lo ven las compañías de seguro, total el gasto no lo hacen ellos.
Que debe existir un fondo de compensación a los errores, me queda claro, pero este debe de ser asumido por la institución, en el caso de la práctica privada aislada se puede idear un mecanismo que pueda ser asumido por el paciente, ya que como en otro orden de cosas, los sobrecostos siempre son asumidos por el consumidor. Un amigo me planteó hace unos días el caso de los seguros de viaje, ellos son asumidos por el viajero, no por el sistema de salud.
Por el lado médico, y por enésima vez lo repito, debemos establecer mecanismos de capacitación, supervisión y corrección de errores, desde el pregrado hasta el post grado, incluyendonos a los experimentados. Eso debe de ser parte de nuestra honestidad profesional, en el sentido de asumir que nos podemos equivocar y que la supervisión no solo protege al paciente sino al médico. Nosotros no somos autarquías ni miembros de una casta especial y debemos de desterrar la conducta de ofendernos porque rendimos cuentas de nuestro trabajo, algo que veo ahora hasta en los residentes.
Por el lado de las autoridades, el Ministro tiene el difícil rol de ser el fiel de la balanza y proteger a los pacientes de los errores y a los médicos del apetito de las aseguradoras, y al Decano del CMP ejercer su autoridad política para ver más allá de la coyuntura y la rapiña.