lunes, 11 de octubre de 2010

¿El Ultimo Baile?


Debo confesar que por unos instantes consideré la posibilidad remota, pero posibilidad al fin, de votar por Castañeda el próximo año. Pero no lo haré.

No votaré por Castañeda, pase lo que pase, así quede con Keiko y si sucediera esta tragedia viciaré mi voto. A votar tapándose la nariz como en el 2006.

En estos pasados 4 días hemos visto al aún Alcalde de Lima hablando más que en todo el último año. Claro está, solo inaugurando obras. Porque para responder asuntos complicados como el caso Comunicore, los carteles en la Vía Expresa o el del trabajador que tiene un cargo en su gestión, llamado Elmo Man, repartiendo volantes la madrugada del 3 de octubre, calla en todos los idiomas. Ésta ha sido una costumbre desde el inicio de su gestión.

Castañeda ha tenido el hábito de salir en cámaras con la única condición de que se trate de una noticia "positiva", es decir que le haga propaganda. Pero cuando la "papa" se pone caliente se apresura en callar tras sus asesores y comunicadores. Su caso, me hace recordar a la Mimosa pudica, planta sensible al ambiente, que se repliega ante estímulos negativos como un mecanismo de defensa. Solo que aqui el alcalde no debería ser mimoso y más bien si púdico pero con la transparencia de su gestión.
Para Castañeda hacer obra es dejar concreto sobre más concreto. Pero las obras municipales o las de gobierno significan mas que eso, es necesario introducir correctivos en los procesos. Ejemplos hay muchos pero mencionaré dos emblemáticos: el caos del transporte y la seguriddad ciudadana, en los cuales el avance ha sido nulo. Al contrario, Castañeda ha escapado de los problemas: cuando las Revisiones técnicas iban a dar malas noticias, las pasó al Ministerio de Transportes, cuando se habla de reordenar el caos vehicular se queda mudo, cuando se siembran dudas en su gestión, prefiere actuar de second de Kina Malpartida. Cuando se habla de los defectos y sobrevaloración en el Metropolitano denuncia guerra sucia. No se una señal que diga que va acambiar si llega a la Presidencia.

No se puede negar que bajo su mandato la fisonomía de la ciudad ha cambiado, pero eso no es suficiente para alguien que quiere tentar cargos más altos. Alberto Andrade hizo lo mismo, mejoró la vista capitalina dentro de su presupuesto, a pesar de haber sido asfixiado por la dictadura fujimontesinista, y, al menos, tuvo el coraje de recuperar el Centro de Lima, desplazando el comercio ambulatorio y a los cachineros del corazón histórico de la capital, a pesar que la medida fue muy impopular en algunos sectores sociales y se veía casi imposible de realizar.


De aquí a las elecciones faltan aún varios meses. Este rush impresionante de inauguraciones es explicado por la necesidad de presentar mas concreto. No se puede dudar que es importante, pero el país tiene problemas mas serios que remodelar teatros, museos o parques. Abrirse al país es un tarea mas seria y veo que allí su figura se hará mas pequeña.
No da la talla, y eso, no lo dudo.
En la foto: Mimosa pudica.