Primero fueron los programas del domingo por la noche. So prtexto de que la política es aburrida, corrupta y no llega a nada -legado fujimontesisnista- los programas de periodismo de investigación se convirtieron en propaganda de farándula, de promoción de delincuentes o de casos humanos -usualmente personas en desamaparo- con el fin de despertar compasión.
Luego siguió la frivolización de personas envueltas en escándalos, es decir se le enfocaba el "lado humano" a personas que habían infingido la ley o las normas morales.
Los noticieros hicieron lo suyo, todos los días nos vemos envueltos en líos menudos, de barrio. Como país no pasamos la valla de lo inmediato y coyuntural. Las noticias de los grandes problemas nacionales, lo que realmente importa se manejan con total discreción, con una complicidad rampante. Ya que al no haber discusión y debate, las grandes decisiones se colocan en las manos y en los oídos de pocos, lo que favorece la componenda o la creación de esperpentos.
Las AFPs, el comercio de alimentos, las telecomunicaciones, las regulaciones de banca y seguros, la protección del medio ambiente, los juicios por corrupción son temas que merecen primeras planas y una discusión amplia, plural y moderada.
Los medios de comunicación masiva (prensa escrita, radio y TV) no deben de funcionar como comparsas sino encaminar los debates, lograr que el ciudadano común acceda al debate y sean una vía de escape a las tensiones sociales, sobre todo en ausencia de partidos políticos que funcionen como moduladores de la opinión pública.
Hacer girar el spin político en base a encuestas de aprobación no solo luce infantil e irresponsable sino que daña la inteligencia y percepción del ciudadano ilustrado y preocupado por le devenir de la política local.
Necesitamos periodistas serios y responsables, con coraje y claridad, no cajas de resonancia que se comen todos las triquiñuelas de los sinvergüenzas y corruptos. Que se dejen de impresionar por cubrir la noticia de la papa rellena más grande del mundo o que dediquen media hora a faranduleros de medio pelo. De todo eso ya estamos cansados y me pregunto si ésta no es una estrategia para mantener un pacto infame de impunidad y de statu quo. suficiente de vivir al menudeo y de pensar en la gran escala nacional.
Hay un núcleo de periodistas responsables y conscientes de su labor, lo que hay que aplaudir es que sean cada vez más una mayoría.
Por el bien del país.