sábado, 29 de noviembre de 2014

ENAM - Puntos de Vista


El ENAM, examen de conocimientos al que se someten todos los estudiantes de último año de las facultades de  medicina, es un instrumento de medida del que podemos discrepar acerca de sus alcances y limitaciones, pero es todo lo que hay. Es uniforme, es el mismo examen que se da en simultáneo en todo el país.

No estoy de acuerdo con la decisión de no publicar los resultados. Es cierto, que el uso de esta información se ha tergiversado, sirviendo como herramienta de mercadeo pero también es cierto que docentes, alumnos y el público en general debe conocerlos. Si lo condenable es hacer  propaganda, venga de donde venga, lo tonto es pensar que una prohibición va a detener la necesidad de conocer. Eso solo aumenta la especulación y los mitos.

Se critica mucho que el examen mide los cursos de preparación que se hacen el último año, es cierto que eso influye pero lo que no se ve es que existen facultades que tienen cursos, y algunas cobran una tarifa adicional a la pensión, cuyos alumnos no salen bien parados. Lo que se infiere de ello es que el curso ayuda pero sobre una base académica labrada durante todos los años de la facultad. Todos los que hemos pasado por la facultad sabemos que eso de estudiar solo para el examen tiene un límite y asumir que las universidades que tienen cursos de preparación les va mejor que las que no es tener una visión parcializada, y cuando no malintencionada, de las cosas. Esta no es cuestión entre pudientes y los que no lo son, tanto universidades públicas como privadas lo hacen, pero ya vemos los resultados, si no fuiste medianamente responsable durante todos estos años, el curso te mejora pero no es suficiente. Es como en el deporte, no basta con entrenar un tiempo antes de la competencia sino tienes un cuerpo preparado por los años de entrenamiento. Basta ver el ranking de años pasados para tener una idea de cómo se dicta la medicina en algunas aulas universitarias y en ese saco entran las públicas y las privadas

Por otro lado, la crítica racional al ENAM como medida de todos los años de estudio debe basarse en su capacidad para medir lo dictado en los cursos de ciencias básicas. Uno asume que el alumno los debe incorporar como base para los cursos de clínica, pero la realidad niega este precepto. El paso de los años termina diluyendo buena parte de los conceptos que se dictaron. Por ello, en los Estados Unidos hay dos exámenes, una terminando los cursos de básicas y otro al final de los años clínicos. Vamos a ver si ASPEFAM se compra este encargo que tendría doble impacto, un mejor instrumento de medición y mayor atención de docentes y alumnos que le darían una mayor importancia a las ciencias básicas. Pues es muy importante anotar que formar médicos es en cierta medida formar científicos y no técnicos en herramientas clínicas o epidemiológicas que es lo que muchas facultades hacen ahora.

Asumir que la competencia es dañina es malinterpretar una condición humana. Desde niños competimos con nuestros pares. La competencia es el mejor antídoto contra la complacencia ante la mediocridad que ha ingresado como un cáncer en la profesión médica. Aquella que asume la posición fatalista de que las cosas no pueden mejorar y que por ello continuamos con los procedimientos inútiles así como con la cultura de desidia, negligencia e impunidad que lastra varios aspectos de la profesión médica, la que asume que solo por estar mal pagados estamos así.


Insisto, los cambios deben venir desde dentro antes que desde fuera la realidad gubernamental o corporativa nos termine por aplastar.