viernes, 30 de enero de 2015

La falacia de salud igual a tomar mas leche



Tomo menos de una onza diaria de leche al día, lo suficiente para cortar el café de todas las mañanas. Me va mejor con el queso o el yogurt. Al ser un comprador usual de leche he visto como en los últimos diez años los precios de la leche fresca o evaporada se han duplicado o triplicado, lo que no concuerda con el índice inflacionario o la devaluación de la moneda nacional. Lo que apunta a una maniobra comercial que eleva artificialmente el precio y a la presencia de un oligopolio, es decir la concentración de las empresas lecheras en pocas manos, las que tienen la capacidad de manipular el precio a su antojo.

Esta semana leí un artículo de José Ignacio Távara en La república:

Una tesis de Tilsa Oré, sustentada esta semana, muestra que el precio que pagan los consumidores por la leche evaporada es casi tres veces mayor que el precio promedio que reciben los productores de leche fresca por una cantidad equivalente. También explica cómo el oligopolio de la leche procesada (3 vendedores) opera al mismo tiempo como oligopsonio en el mercado de leche fresca (los mismos 3 como compradores). El resultado es un oligoemporio, con mayores precios para los consumidores y menores precios para los pequeños ganaderos. La calidad de la leche que ellos producen es evaluada por los propios compradores, y no por un laboratorio independiente, lo cual genera incentivos para manipular la evaluación y presionar hacia abajo dichos precios… …Varias corporaciones han sido sancionadas por abusar de su poder de compra en EEUU y Europa, debieron resarcir los daños provocados y pagar multas millonarias. En otros casos se exigió a empresas involucradas en procesos de fusión la venta de algunos activos, precisamente para evitar que abusen de sus proveedores. En contraste, nuestra legislación es tan permisiva que las empresas pueden fusionarse a su libre albedrío –incluso hasta formar monoemporios– y concentrar el poder económico. Además, la interpretación legal casi siempre favorece a la gran empresa. De hecho, el 2011 el Indecopi declaró improcedente la denuncia por abuso de posición de dominio presentada por la Asociación de Ganaderos Lecheros del Perú. La tesis de Tilsa los pone en evidencia 
Por cierto, el oligoemporio de la leche realiza millonarias campañas publicitarias para hacernos creer que 3 vasos de leche al día es nutrición sana y con 5 vasos de leche al día los niños crecen. Totalmente falso. La leche es un complemento y solo es indispensable en los primeros meses de vida, pero si se va a escoger un tipo de leche mejor es la materna. La leche carece de los nutrientes esenciales para un adecuado desarrollo cerebral y corporal, por eso los lactantes deben recibir alimentos diversos en forma de papilla para completar los requerimientos nutricionales.

Otro cantar es en el adulto. Un estudio publicado el año pasado en British Medical Journal, 27 de octubre del 2014, Milk intake and risk of mortality and fractures in women and men: cohort studies. Gracias a que los registros sanitarios suecos reflejan la historia real de las personas. Más de 61 mil mujeres y 45 mil hombres fueron seguidos por 20 años, registrándose entre otras cosas, la tasa de muerte cardiovascular, cáncer y fracturas.

Los hallazgos mostraron que a mayor consumo de vasos de leche existe un mayor riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares y cáncer. Entre las mujeres aumenta el riesgo de fracturas. El riesgo se dispara a partir de 3 vasos de leche diarios y es máximo a los 6 vasos diarios.

¿Cómo explicar esta aparente contradicción? La leche es la principal fuente de D-galactosa, un carbohidrato asociado en experimentos animales a un mayor envejecimiento e inflamación crónica. En el presente estudio se hizo una prueba en una población menor y se encontró un mayor incremento de marcadores inflamatorios entre los grandes consumidores de leche. Por el contrario, entre los consumidores de leche fermentada, como el yogurt y el queso, se vio un perfil protector favorable en la salud cardiovascular y niveles de colesterol HDL (el protector).

Los resultados de este estudio corresponden a una observación epidemiológica pero la contundencia de los resultados debe replicarse en otras poblaciones y sobre todo en diseños experimentales, es decir haciendo que un grupo consuma más leche y otro no. Pero sin embargo, las alarmas ya saltaron y la recomendación de tomar más leche en adultos parece obedecer más a estrategia de mercadeo que a una real voluntad por una nutrición saludable.


La moraleja de este cuento apunta a dos cosas, que la leche fresca no es tan necesaria en la nutrición de los adultos y que no hay que creer toda la publicidad que nos endilgan, sobre todo si proviene de un oligoemporio como el de la leche fresca peruana.