Extracción percutánea de cálculos
Fuente: www.ocurology.com
Un
ambiente libre de bacterias es una utopía. Sin embargo, este ideal nos es
vendido continuamente por los fabricantes de jabones, detergentes, desinfectantes
y afines. Las bacterias, sean patógenas o inocuas viven sobre todas las
superficies imaginables, incluidas la piel y la de los ambientes hospitalarios.
La desinfección de alto poder como la que ocurre en la sala de operaciones
elimina los patógenos pero no todas las formas vivientes y en todo caso lo hace
en un ambiente confinado a los límites del llamado “campo operatorio”. Por otro
lado, tanto el uniforme de los cirujanos como el material quirúrgico son
estériles. De todo el universo de operaciones la posibilidad de infección pos
operatoria es mínima o incluso rara.
Estos
comentarios vienen a colación con el penoso caso de la paciente con cálculos
renales que sufrió la amputación de las zonas distales de sus extremidades
luego de una infección generalizada. Con el paso de los días la información médica
ha ido apareciendo y aclarando ciertas dudas que me permiten esbozar algunas
conclusiones al margen de las que han dado otros médicos.
La
orina contiene minerales que se excretan como desechos metabólicos, entre ellos
el fosfato de amonio, calcio, magnesio, sodio, potasio, bicarbonato, entre
otros. En casi todos los casos eliminamos estos minerales sin ningún daño. En
algunas personas la infección urinaria por gérmenes que desdoblan la urea (un
producto de desecho del metabolismo de las proteínas) generan un ambiente “alcalino”
que favorece la cristalización de los fosfatos que precipitan con el magnesio y
forman un cálculo llamado de struvita o coraliforme que adopta la forma del
sistema colector renal y el uréter (una forma parecida a un coral). El cálculo
puede llegar a obstruir por completo la salida de orina y con el tiempo anular
por completo la función del riñón obstruido. Primera conclusión, el cálculo en
mención es secundario a una infección, segunda conclusión, la paciente
mencionada tenía solo un riñón funcionante acaso el otro fue anulado por los
cálculos. La formación de estos cálculos puede tomar entre 4 a 6 semanas y no
dar síntomas. Un riñón anulado no afecta la función renal pues el que queda asume
la tarea que debieron realizar ambos.
La
litotricia es una técnica de sonido que rompe los cálculos, como un gran sismo
controlado que destruye los cristales pero no está exenta de complicaciones y
su eficacia en el mejor de los casos llega a cerca del 70%. Es decir, no hay
seguridad que se eliminen los cálculos por completo. Debido a la forma tortuosa
del cálculo, la eliminación de los cálculos se hace en forma combinada,
litotricia más la extracción de los residuos mediante la colocación de una sonda
que ingresa a través de la piel. A veces no basta una sola intervención y se
debe repetir una o las dos técnicas. En todo caso, la infección urinaria se
trata con antibióticos y los procedimientos e hacen con la orina “limpia”.
La
paciente en mención regresó al hospital ante la ausencia de micción. Acaso un
residuo del cálculo tapó el uréter del único riñón funcionante. En este caso el
tratamiento es colocar una sonda para destapar la obstrucción y salvar el único
riñón útil.
Se
menciona que la bacteria implicada es la Pseudomonas
sp. Esta bacteria es un habitante “natural” de los ambientes hospitalarios vive
en medios acuosos como lavabos, baños, agua para floreros o duchas. Más aun,
crece espontáneamente en las zonas húmedas del cuerpo como axilas, zona
perineal (genital) u orejas. Lo de espontáneo merece una pequeña explicación:
las bacterias viven en colonias, las diferentes especies se anulan entre sí y
alcanzan un equilibrio ambiental, cuando una colonia muere por efecto de
antibióticos y/o desinfectantes, otras colonias crecen sin oposición.
Es
posible que la Pseudomonas sp. Se haya
adquirido dentro del ambiente hospitalario o habiéndose colocado el catéter en condiciones
óptimas se haya colonizado en los días siguientes a partir de las bacterias de
la piel de la propia paciente. Incluso existe la posibilidad de la adquisición
de tal bacteria en la unidad de cuidados intensivos, hecho que puede suceder
incluso en los centros que cuentan con medidas apropiadas de bioseguridad. Las infecciones
intrahospitalarias son un riesgo en todos los hospitales del mundo.
¿Cómo
una infección urinaria desemboca en necrosis de dedos de manos y pies? Dos explicaciones,
las toxinas bacterianas pueden generar un proceso rápido y masivo de trombosis
intravascular (coágulos que tapan las arterias), entre las bacterias causantes
esta la Pseudomonas sp. como Staphyllococcus, Streptococcus, entre otras.
La otra explicación descansa en el hecho de que si la paciente estaba en una
condición llamada shock séptico, cuando entre otras complicaciones la presión
arterial cae peligrosamente, los fármacos usados provocan que una contracción
arterial que aumenta la presión pero que en algunos casos pueden generar una
necrosis.
En
cualquier caso, estamos hablando de un caso penoso que merece nuestra empatía y
una rehabilitación física y psicológica. Pero de allí, hablar de negligencia
sin las pruebas y la pericia necesaria, de mencionar prisión preventiva, retiro
de pasaporte (¿?) –solo basta una requisitoria-, embargo preventivo de bienes
es de una audacia malsana.
Primero
la investigación y discreción del caso. Algunas evidencias nunca van a poder
ser recogidas, no por dolo sino por la naturaleza de los eventos. A las partes
involucradas, a ambas, mantener la cordura y la razón por sobre las emociones.
Al periodismo, primero investigar antes de hablar, pensar antes que calificar,
disculparse ante los exabruptos ya mostrados y sobre todo no anteponer el
rating al dolor humano.
Este
caso va a generar discusiones secundarias, ya lo estamos viendo. Los argumentos
no deben provenir de la revancha ni la indignación irracional. Debemos preparar
los mejores argumentos por el bien común y nosotros, los médicos, buscar sobre
todo el mejoramiento continuo.
Es
todo. Por ahora.