El
reciente comunicado del Colegio Médico del Perú invocando a mantener la
institucionalidad democrática del país respecto a la disolución del Congreso de
la República trae más preocupaciones que certezas.
De
dicho comunicado se desprenden algunas conclusiones, para el CMP: la ciudadanía es inerte y no ha
expresado sus emociones y opiniones ni en la calle ni en otros medios, la
democracia esta en peligro por una aparente disputa entre los poderes del
Estado quienes tendrían profundas diferencias en el enfoque político sobre el
gobierno del país, vivimos en un estado de anarquía donde se ha violentado la
constitución, sobre todo por parte del Ejecutivo, quien en forma irresponsable
y acaso como una forma de venganza ha disuelto el Congreso.
Nada
más alejado de la realidad, lo que trasluce por parte del Comité Ejecutivo
Nacional una inadecuada lectura de los hechos y una preocupante limitación en su
capacidad de análisis.
El
estado de cosas al que hemos llegado es producto de una serie de lamentables y
bochornosos acontecimientos que data desde los inicios del nuevo gobierno en el
2016. No en vano, el presidente electo fue amenazado con dos procesos de
vacancia y luego de un oscuro proceso de denuncias terminó con su renuncia y
posterior prisión preventiva. En el camino se destaparon enormes casos de
corrupción, en la clase política, empresarial y en el poder judicial traduciendo
un estado de descomposición moral y cívica donde grupos delincuenciales han
utilizado la política, entre otros vehículos, como medios para lucrar y
conseguir impunidad. Como consecuencia de ello, tenemos un ex presidente vuelto
a prisión, otro suicidado, un tercero en investigación –antes preso- y un
último bajo prisión y en proceso de extradición. Ex gobernadores, alcaldes,
empresarios, lobbistas y funcionarios medios son procesados y encarcelados.
A
diferencia de años anteriores, donde los arreglos quedaban en la trastienda,
las investigaciones y diligencias judiciales eran amañadas con la anuencia y
ceguera optativa de medios de comunicación complacientes. Hoy la vigilancia ciudadana,
medios digitales de periodismo, redes sociales, sociedad civil organizada y un
grupo de fiscales independientes han logrado destapar y detener las actividades
de corrupción. Por primera vez se observa un sistema de castigo y limpieza de
la corrupción, aun imperfecto pero presente al fin. Algo que destacan incluso algunos países vecinos.
La
sociedad civil ha identificado la corrupción, junto a la inseguridad ciudadana,
como uno de sus problemas fundamentales y esta harta de la inacción y la impunidad
de nuestra clase política y poder judicial, así lo ha expresado en la calle
mediante marchas y en sus opiniones vertidas en encuestas y en redes sociales.
La
“disputa” a la que alude el comunicado del Colegio Médico es producto de las
acciones del Poder Ejecutivo en su estrategia de combatir una corrupción
enquistada en el Estado y en la sociedad. Lamentablemente el Poder Legislativo
ha sido seriamente afectado por el accionar de grupos que utilizando malamente
el poder otorgado por el acto electoral han actuado en beneficio propio antes
que en los intereses de la nación.
Un
seguimiento cercano, serio y objetivo de los hechos puede distinguir claramente
de qué lado esta la razón jurídica y el sentir popular. Aquí no se ha roto la
democracia ni el estado de derecho, la economía se mueve por otros cauces y factores,
acaso el impacto de estos acontecimientos sea mínimo pues la economía mundial
influye más que los exabruptos de algunos ex congresistas. Existe una calma
social que se siente a diario y si bien hay un gran ruido político, este será
temporal y se irá apaciguando a medida que pasen los días y nos acerquemos a
las elecciones parlamentarias convocadas para el próximo enero. Ni la
Constitución ha sido violentada y la única crisis de legitimidad la tienen los
ex congresistas quienes vienen dando tumbos jurídicos y mediáticos.
La
historia republicana ha sido testigo del desempeño cívico y político de médicos
como insignes tribunos y activos participantes de la política nacional. Lo que
significa que el ejercicio de la medicina no se riñe con la actividad política
seria y alturada.
Sin
embargo, en las últimas décadas se extraña un tanto esa participación y más aun
se lamenta que algunos colegas hayan derivado su actividad profesional en
acciones reñidas con la ética profesional o se hayan diluido en frivolidades
faranduleras.
Uno
espera de un colegio profesional una adecuada lectura de los hechos y cuando
las cosas no aparecen claras que trace un derrotero que nos lleve al lado correcto
y enderece a algunos despistados. La historia ha demostrado que cuando se es
complaciente con la corrupción y las malas artes se termina devorado por ellas.
Claramente
en el momento actual se sabe cuál es el lado correcto y éste debe ser apoyado
por los ciudadanos, sobre todo por los colegios profesionales. El Perú necesita
de acciones firmes que van más allá de las declaraciones retóricas, las medias
tintas o aquel pacto infame de hablar a media voz, Gonzales Prada dixit.
La
gran mayoría de ciudadanos es consciente de la sucesión de hechos que ha
llevado a la disolución del Congreso y aprueba tal decisión. De aquí en
adelante se vislumbra un cambio que debería ser para mejorar las condiciones sociales
y económicas de la nación peruana dentro del marco de una Constitución que ha
sido respetada íntegramente.
Por
ello, sorprende la ambigüedad con la que el Comunicado del CMP, publicado en su
página de Facebook y no en la web institucional, aborda los recientes desenlaces políticos. Los
problemas se llaman por su nombre para poder enfrentarlos y solucionarlos, no
son desencuentros ni nos han puesto al borde del abismo, mas bien, nos ha
fortalecido como nación. Tal ambigüedad y tibieza ha merecido críticas de
ciudadanos y agremiados que alejan las decisiones del Comité Ejecutivo
Nacional, irrogándose una representatividad que va en una peligrosa
contracorriente con la mayoría del país.
Las
instituciones merecen liderazgos firmes y en sintonía con sus agremiados,
claramente este comunicado va en sentido contrario, algo preocupante en momento
en que teneos elecciones ad portas en
el CMP.