lunes, 10 de junio de 2019

Para detener la Tuberculosis



Finalmente la sangre no llegó al río, nuestro pabellón no fue tomado por manos oscuras. Al final de todo este embrollo una pregunta quedó flotando ¿y dónde ponemos entonces a los pacientes de neumología?

Para responder en parte a esta pregunta debemos retroceder un poco para explicar, despacio y claro, como con figuritas, para que algunos “expertos” que fungen de consejeros lo entiendan.

La Tuberculosis (TB) pulmonar tanto de cepas sensibles como de cepas multirresistentes son un problema latente en un hospital de tercer nivel que atiende a personas de una ciudad hiperendémica de TB como es la ciudad de Lima.

Por lo general los casos de TB pulmonar son detectados en los servicios de Medicina Interna, en la consulta ambulatoria y en las salas de hospitalización, así como en los diversos ambientes del servicio de Emergencia. Un asunto adicional es que por diversos motivos algunos de estos casos no son percibidos o diagnosticados oportunamente constituyendo un riesgo de transmisión nosocomial a otros pacientes, personal de salud y familiares.

Las formas pulmonares de TB son las contagiosas y entre ellas sobre todo las llamadas formas cavitarias o las que se acompañan de compromiso laríngeo.

Los bacilos tuberculosos expelidos por un paciente con formas pulmonares de TB permanecen entre a 2 a 8 horas suspendidos en el aire, el tiempo depende del grado de ventilación de la sala de hospitalización o el consultorio. Los pacientes con cepas sensibles en tratamiento permanecen bacilíferos hasta dos semanas luego de iniciado el tratamiento, en cambio los pacientes con TB MDR pueden contagiar durante semanas a meses.

Existen entonces medidas de protección que todo establecimiento debe tomar:

1. Aislamiento: Los casos contagiosos deben permanecer en aislamiento respiratorio y tanto el personal de salud como los visitantes deben utilizar medidas de protección respiratoria como el uso de los llamados respiradores N95. Adicionalmente, los pacientes bacilíferos deben utilizar una mascarilla. Es necesario recalcar que aislamiento respiratorio es un proceso no un espacio.

Por tal motivo, en las salas de uso compartido el uso de mascarillas y espiradores N95 son obligatorios para el personal que atiende casos sospechosos o confirmados de TB pulmonar.

2. Segregación En las salas de hospitalización los pacientes con TB pulmonar deben ser separados de los otros pacientes, de preferencia cerca de una ventana que esté abierta. La arquitectura propia del hospital, de techos muy altos y ventanales permite sobrepasar largamente los recambios de aire recomendados por las normas internacionales.

Sin embargo, los pacientes con TB MDR si deben estar en habitaciones especialmente acondicionadas.

3. Ventilación Se debe lograr la recirculación de aire para alcanzar al menos 12 recambios de aire por hora.

  1. Abriendo ventanas y claraboyas en ambos extremos de la habitación de modo que se logre la circulación del aire y su salida hacia el exterior. El aire debe circular desde la zona menos contaminada (con aerosoles cargados de bacilos TB) a la más contaminada.
  2. Utilizando sistemas de recirculación de aire (ventilación mecánica) con el uso de ventiladores de ventana.
  3. Utilizando extractores de aire que generen una presión negativa de modo que a la habitación siempre ingrese aire limpio.

Los sistemas de extracción de aire deben hacer que el aire recircule ingresando debajo de una puerta, atravesando la habitación y haciendo que el aire salga por una ventana o respiradero hacia una zona abierta –jardín- nunca hacia una sala cerrada o sala de espera


4. Sistemas de filtración de alta eficiencia A través de los filtros HEPA (High Efficiency Particulate Air), los cuales deben ser colocados correctamente y son mejores en salas pequeñas. Se deben respetar las indicaciones del fabricante y asegurar que se utilice el equipo con la potencia adecuada de acuerdo a su ubicación espacial dentro de la habitación y la cantidad de pacientes que permanecen dentro.

5. Luz Ultravioleta (UV) La luz UV tiene un efecto germicida y es efectiva contra M. tuberculosis. Sin embargo, la intensidad de la luz y el tiempo de exposición deben ser regulados para evitar los efectos adversos a la exposición prolongada. Se debe tomar en cuenta además que su eficacia disminuye en ambientes con una humedad mayor al 70%.

6. Sala de aislamiento para pacientes con TB MDR Los pacientes con alta sospecha o con diagnóstico confirmado de TB MDR deben permanecer en una sala de aislamiento que cumpla con los sistemas de ventilación y filtración de aire como figuran en las normas internacionales y en el MINSA. Las decisiones técnicas deben estar en manos de ingenieros sanitarios. Es decir, volver a los antiguos sanatorios para tuberculosos.

Las medidas de aislamiento respiratorio y ventilación ya descritas deben ser utilizadas de inmediato, es cuestión de voluntad y sensibilización al personal. Cada mañana un grupo de enfermeras recorre el hospital registrando hechos epidemiológicos, su campaña con el lavado de manos ha tenido relativo éxito, añadir temas como la ventilación  y el uso de N95 son tareas pendientes.

El destino de una sala acondicionada, mediante ingeniería sanitaria de verdad, puede encontrar un espacio en los siguientes sitios sugeridos:

  1. La denominada sala de hospitalización de especialidades médicas No. 2, pero a la que hay que instalar sistemas de extracción de aire, filtros y luz UV pues su ventilación natural es nula y por el momento constituye un espacio de riesgo respiratorio.
  2. Los ambientes en el edificio asignado a Neumología, con una adecuada redistribución de espacios. Una visita rápida demuestra que algunos ambientes están sub utilizados y no se conoce cuál es el destino del cuarto piso que esta bajo candado.
  3. Ampliación de cuatro camas al servicio ya establecido para TB MDR, haciendo que la sala de Fibrobroncoscopía sea trasladada al edificio de Neumología luego de una adecuada redistribución de espacios.
  4. Implementación de una sala ad hoc en una de las alas del segundo piso del complejo que originalmente era la Escuela de enfermeras, dicho edificio esta rodeado de jardines, tiene los techos altos que permiten la colocación de sistemas de ventilación con falso techo y lo mejor es que existen ambientes actualmente vacíos. 

Discutir lo expuesto, técnicamente y con transparencia, haría muy bien al manejo del problema que impone la atención de casos de TB. Digo problema pues el contagio nosocomial del personal es una realidad que no se soluciona solo tomando radiografías de tórax y pruebas de tuberculina al personal ingresante si es que no se les ofrece un ambiente libre de bacilos.  

Para ello, se requiere de diálogo abierto, evidencia científica y opiniones técnicas que existen en abundancia. En lugar de andar con “expertos” que predican vanamente normas en la oscuridad y debajo de la mesa y que desde hace más de dos años demuestran con sus actos que persisten en el error.

Para muestra de esto último, el error sistemático, estará el post de los siguientes días.





miércoles, 29 de mayo de 2019

Cierto hospital, los errores de siempre


En cierto hospital -que es donde trabajo- suceden cosas extrañas, lo que no es raro en la administración pública, pero esta vez la sucesión de errores pronosticaba malas consecuencias.

Desde la gestión previa se ha notado cierta animadversión hacia el departamento de Medicina Interna, comentarios hostiles, cambios de horario entre otras cosas fueron una muestra de la actitud de las autoridades.

Esta gestión, que mantiene buena parte de los cuadros de la anterior, con algunos matices ha continuado la línea trazada previamente. Un cambio sin fundamento técnico en los turnos de Consulta Externa parecía destinado más a crear malestar que a aumentar el número de consultas.

Lo insólito viene después.

Un siniestro involuntario ocurrido hace un mes motivó la evacuación de dos servicios. Las primeras medidas fueron efectivas en la contención de daños y la redistribución de pacientes a diversos ambientes. A pesar de aquella buena disposición, los pacientes de mi servicio terminaron en un ambiente recién remodelado, que pretende ser una nueva sala de hospitalización pero que tiene un gran defecto: una pésima ventilación. Siendo la tuberculosis pulmonar una enfermedad hiperendémica y siendo los servicios de Medicina Interna (y subespecialidades) depositarios de estos pacientes no es una medida inteligente ni sanitaria confinarlos a un ambiente con escaso recambio de aire que pone en riesgo a otros pacientes, personal de salud y visitantes.

Y aquí viene lo kafkiano.

Nuestro servicio solo tuvo contaminación por humo. Las investigaciones determinaron que no había desperfecto en las instalaciones eléctricas, por lo que asumimos pronto volveríamos a nuestro ambiente original. Sin embargo, el director dispuso esperar y aprovechar las salas vacías para hacer una limpieza profunda, dar una mano de pintura y arreglo de interiores, cambio de luminarias y refacción de sanitarios antes de regresar. Lo que nos pareció razonable. Dentro de la adversidad habríamos ganado un servicio remozado.

Sin embargo, los días pasaban, no solo gracias a la proverbial pereza del personal de mantenimiento que concluye sus labores tarde, mal y nunca. Luego de casi dos semanas de insistencia, esperábamos dos posibles desenlaces: ya sea que coloquen un sistema de ventilación apropiado en nuestro ambiente temporal o que concluyan la remodelación de nuestro servicio original. Finalmente conseguimos el  visto bueno para retornar.

Pero solo para trabajar con la mitad de camas.

A partir de entonces, el director utilizó una serie de argumentos para que no ocupemos la mitad de los ambientes: que faltan focos, que esperemos a que lleguen camas nuevas, que faltan colocar unos vidrios, etc. antes de recuperar nuestra capacidad operativa completa. Paralelo a ello, comenzaron a llegar rumores de que el servicio vecino quería ocupar, mejor dicho quitarnos la mitad de nuestros ambientes. Felizmente ese intento no prosperó.

Pero pasaban los días y no ocupábamos nuestra sala plenamente.

Hace unos días de manera fortuita, nuestro jefe, durante la visita de una autoridad gubernamental, se enteró por boca del mismo director la existencia de una agenda oculta: aquella sala vacía y negada para nosotros mediante órdenes verbales del director –quien nunca emitió una directiva o memorándum al respecto- sería destinada a pacientes con tuberculosis multirresistente (TB-MDR).

Allí se cayeron las caretas y comenzó nuestro vía crucis.

Abrir una sala de este tipo conlleva no solo riesgos de contagio sino cercenar un sector del departamento de Medicina Interna, cuya capacidad operativa completa es un complemento a las atenciones del servicio de Emergencia. Cerrar parte de este circuito genera un embalse innecesario de pacientes.

Por otro lado, no es fácil abrir una sala para TB-MDR, hay una serie de requisitos técnicos que no existen en las salas de medicina: sistemas de extracción y filtros de aire, así como luz UV con salas cerradas para evitar la diseminación de bacilos MDR.

Lo otro es más penoso, el director defraudó la buena fe de quienes confiaron en él (yo no). Sus dilaciones me hacían pensar más en explicaciones pueriles que en las de un profesional. Además, con el tiempo se cumple mejor eso de “piensa mal y acertarás” y uno aprende de la experiencia propia y ajena.

La controversia sigue pendiente, la correlación de fuerzas supone un nuevo conflicto, innecesario,  pues nuestras energías debieran de estar enfocadas a la resolución de otros problemas, a cómo mejorar la atención de nuestros pacientes y por el lado de las autoridades a subsanar las deficiencias crónicas como la falta de un tomógrafo y otros equipos.

Aquí parece no haber un plan maestro de desarrollo del hospital, sino el producto de acuerdos tras bambalinas en base a los afectos o desafectos de determinado equipo de gestión. Eso no le hace bien a la salud pública. No se puede crecer a costa de otros, a convertirse en parásitos de los propios colegas, ni desvestir un santo para vestir otro. Puede darse el nombre que se guste, el resultado siempre es el mismo. Se ha hecho todo mal y a espaldas. No es una buena gestión desatar conflictos, invadir espacios que funcionan, actuar como reyezuelos impartiendo órdenes verbales sin emitir documentos técnicos y consensuados. Así no se avanza, se retrocede y desarticula lo poco bueno establecido.

Y cuando la trama es oscura, iluminarla es una forma de desaparecerla.

Así se han lanzado los dados, esto continuará.

lunes, 12 de junio de 2017

Las medias verdades de las leches con DHA sin mayor beneficio sobre el desarrollo cerebral de los niños


Fuente: NY Times 

Desde hace un par de años la publicidad sobre las fórmulas lácteas para infantes enfatiza su con ácidos grasos omega 3 (poliinsaturados).

Se sabe que estos ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga, Docosahexanoico (DHA) y Araquidónico (AA), son parte esencial en el desarrollo de los circuitos cerebrales y el tejido de la retina (que es tejido nervioso).

Pero también se sabe que tales nutrientes son proveídos por la madre a través de la placenta y luego al nacer a través de la lactancia materna. Asimismo, existe una sólida evidencia que demuestra que los niños amamantados por su madre tienen una clara ventaja nutricional con un mayor desarrollo cognitivo y de la retina sobre los alimentados con fórmulas lácteas.  

En vista de tal evidencia en los Estados Unidos se aprobó la suplementación de las fórmulas lácteas con DHA, acaso por la baja tasa de amamantamiento en ese país (de 34.6 en los 80 a 49.9 en la primera década del siglo XXI de niños amamantados al menos una vez). En el Perú 70% de niños reciben lactancia materna exclusiva por seis meses.

Las fuentes naturales de estos ácidos grasos son las algas marinas y pescado –sobre todo los de agua fía- para DHA y de carne roja o de pollo así como yema de huevo para AA. Se recomienda entonces que la madre gestante o que amamanta consuma entre 250 a 360 gr de pescado por semana (un filete en cualquiera de sus formas) para asegurarle a su hijo una fuente razonable de ácidos omega 3 y así permitir un buen desarrollo cerebral.

Basados en la premisa que una fórmula enriquecida con DHA ayudará a mejorar el desarrollo neurológico de un infante y por consiguiente su rendimiento cognitivo (llámese intelectual) es que las empresas de fórmulas lácteas e incluso las empresas productoras de leche envasada han incluído en su producto el suplemento con DHA y en su agresiva campaña publicitaria deslizan subliminalmente la idea que el consumo de sus productos ayudará a tener niños más grandes y más inteligentes.

Sin embargo, la publicidad y el marketing se estrellan contra la evidencia científica. Las investigaciones si bien poseen diseños y poblaciones diversos ofrecen una tendencia general. Un trabajo reciente de la Biblioteca Cochrane _la base de datos de las revisiones sistemáticas- ha analizado 31 estudios controlados –es decir bien diseñados con el fin de evitar sesgos epidemiológicos-  comparando el uso de fórmulas con DHA contra los que tomaron fórmulas sin DHA. La conclusión más contundente es que no se encuentra ningún beneficio adicional (ni daño) en los niños que toman fórmulas con DHA ni en los niveles de desarrollo neurocognitivo, ni el desarrollo de la retina o el crecimiento corporal al compararse con niños que toman fórmulas sin DHA, por lo que los autores no recomiendan el uso de tales fórmulas fortificadas. Otro estudio publicado en la revista JAMA el pasado 21 de marzo no encuentra ningún beneficio en los niños que toman fórmulas con DHA en los parámetros antes mencionados, sobre todo en los niveles de inteligencia (IQ) evaluados durante 7 años.

Lo preocupante no es que existan productos que aunque inocuos no ofrezcan beneficios sino que exista publicidad engañosa que empuje a los padres a consumir productos caros cuando mejor aporte nutricional puede encontrarse en los alimentos naturales. Siempre es bueno recordar que la lactancia materna exclusiva es el mejor aporte y que luego de ello las fórmulas maternizadas son útiles hasta el primer año de vida pero cuyo aporte nutricional es significativamente menor en un momento en que el infante comienza a comer alimentos blandos (ablactancia). Adicionalmente es bueno recordar que el desarrollo cognitivo no solo es fruto de una nutrición balanceada sino de un estímulo oportuno y apropiado por parte directa de los padres y nunca se logrará a través de una poción mágica ni un dispositivo electrónico.

Más preocupante es que no salgan voces autorizadas desde la academia o la salud pública a sentar las bases de una adecuada nutrición infantil.

Peor aún, algunos pediatras, acaso inducidos por un contrato con el fabricante o su distribuidor, no tienen el celo profesional ni la ética apropiada y se prestan al mensaje publicitario descuidando nociones básicas del conocimiento y análisis científicos propios de un ejercicio profesional de la medicina.


Estos profesionales que alquilan su colegiatura serán motivo de un próximo post.

miércoles, 7 de junio de 2017

(Se necesita) Doble dosis de Inteligencia


Fuente: 123RF.com 

El pasado 6 de junio se publicó en el Comercio la columna “Doble dosis de emergencia” firmada por José Ignacio Beteta.  El artículo de opinión pretende dar explicaciones sobre la situación de la salud pública y de la ministra del sector pero encierra medias verdades, una dosis de ignorancia y la peligrosa consecuencia de deslizar calumnias.

Antes que nada quiero mencionar que no es mi propósito encubrir malas prácticas clínicas ni avalar las perversiones de un sistema con un pobre control interno. Considero que los mecanismos de auditoría y transparencia deben ser claros, firmes y oportunos.

Para Beteta la decadencia del sector salud está ligada a los errores del SIS pero sobre todo al actuar de los médicos del servicio público, ensayando una perversa generalización al decir que todos estamos inmersos en una corruptela y un carrusel de prescripción de medicamentos con el afán de lucro a costa del Estado. Asimismo aduce que no existen guías clínicas que encaucen nuestra terapia y que en la elaboración del Petitorio Nacional de Medicamentos deben participar los ciudadanos (el autor les llama contribuyentes) para asegurar la transparencia de las decisiones.

Nada más alejado de la verdad, que existan condenables casos de corrupción no nos hace corruptos a todos los médicos. Las guías clínicas nacionales y locales para cada hospital existen y a falta de ellas, en algunas enfermedades, los médicos recurrimos a las internacionales. Además una guía es solo eso, una guía, el diagnóstico y tratamiento de cada enfermo es una decisión individualizada, el problema no es que no existan guías sino que los medicamentos sugeridos por ellas no estén disponibles.

Por otro lado, la elaboración de un Petitorio Nacional es un acto técnico que debe ser realizado por peritos en el área, los cuales deben estar alejados de las presiones y conflictos de interés tanto de la industria farmacéutica de comportamiento poco ético como de las redes de corrupción enquistadas en los procesos de compra. Siendo tal Petitorio un documento de Estado lo que sí sería saludable es que antes de su aprobación pase por un proceso de revisión pública para que incluso los ciudadanos, en forma individual o agrupados, expresen sus opiniones y sugerencias.

La supuesta “pepa” de Beteta no me disgusta, me da pena pues es una mezcla de desconocimiento y conclusiones pobremente acabadas. El artículo no solo informa mal sino que ofrece soluciones impracticables. Es cierto que en su condición de ciudadano Beteta conserva su derecho a opinar pero eso no lo autoriza a generalizar el desempeño profesional de los médicos del sector en afirmaciones que rozan la calumnia.

Uno de los argumentos más pobres de Beteta es reducir el MINSA al SIS cuando solo es una parte del sector. El SIS no cubre a todos los pacientes del ministerio como no todo el MINSA es la salud pública, allí faltan EsSalud, las Fuerzas Armadas y el sector privado, que valgan verdades es el menos regulado de todos.

El sistema de salud ha cambiado mucho en los últimos diez años y les pese o no, el SIS con todas sus inconsistencias y defectos ha logrado que un importante grupo de peruanos accedan a una atención de calidad. La sociedad y el poder adquisitivo ha cambiado, los pacientes están más informados, aunque eso no signifique necesariamente mejor, sus demandas también han aumentado. Todo esto configura un entorno complicado que urge de modificaciones para hacerlo más justo, más accesible  y ético en su conjunto.

El problema planteado en el artículo “Doble dosis de emergencia” excedió las limitaciones de su autor que al parecer lo ha visto como una relación comercial cuando es más que eso, la salud es un derecho humano inalienable, la atención de los enfermos un problema multidimensional. Lo que ha escrito Beteta requería de un análisis informado e inteligente que lamentablemente, para el debate sobre la reforma del sistema sanitario, no ha sido el caso.


miércoles, 24 de agosto de 2016

El acto médico en entredicho


Extracción percutánea de cálculos

Fuente: www.ocurology.com

Un ambiente libre de bacterias es una utopía. Sin embargo, este ideal nos es vendido continuamente por los fabricantes de jabones, detergentes, desinfectantes y afines. Las bacterias, sean patógenas o inocuas viven sobre todas las superficies imaginables, incluidas la piel y la de los ambientes hospitalarios. La desinfección de alto poder como la que ocurre en la sala de operaciones elimina los patógenos pero no todas las formas vivientes y en todo caso lo hace en un ambiente confinado a los límites del llamado “campo operatorio”. Por otro lado, tanto el uniforme de los cirujanos como el material quirúrgico son estériles. De todo el universo de operaciones la posibilidad de infección pos operatoria es mínima o incluso rara.

Estos comentarios vienen a colación con el penoso caso de la paciente con cálculos renales que sufrió la amputación de las zonas distales de sus extremidades luego de una infección generalizada. Con el paso de los días la información médica ha ido apareciendo y aclarando ciertas dudas que me permiten esbozar algunas conclusiones al margen de las que han dado otros médicos.

La orina contiene minerales que se excretan como desechos metabólicos, entre ellos el fosfato de amonio, calcio, magnesio, sodio, potasio, bicarbonato, entre otros. En casi todos los casos eliminamos estos minerales sin ningún daño. En algunas personas la infección urinaria por gérmenes que desdoblan la urea (un producto de desecho del metabolismo de las proteínas) generan un ambiente “alcalino” que favorece la cristalización de los fosfatos que precipitan con el magnesio y forman un cálculo llamado de struvita o coraliforme que adopta la forma del sistema colector renal y el uréter (una forma parecida a un coral). El cálculo puede llegar a obstruir por completo la salida de orina y con el tiempo anular por completo la función del riñón obstruido. Primera conclusión, el cálculo en mención es secundario a una infección, segunda conclusión, la paciente mencionada tenía solo un riñón funcionante acaso el otro fue anulado por los cálculos. La formación de estos cálculos puede tomar entre 4 a 6 semanas y no dar síntomas. Un riñón anulado no afecta la función renal pues el que queda asume la tarea que debieron realizar ambos.

La litotricia es una técnica de sonido que rompe los cálculos, como un gran sismo controlado que destruye los cristales pero no está exenta de complicaciones y su eficacia en el mejor de los casos llega a cerca del 70%. Es decir, no hay seguridad que se eliminen los cálculos por completo. Debido a la forma tortuosa del cálculo, la eliminación de los cálculos se hace en forma combinada, litotricia más la extracción de los residuos mediante la colocación de una sonda que ingresa a través de la piel. A veces no basta una sola intervención y se debe repetir una o las dos técnicas. En todo caso, la infección urinaria se trata con antibióticos y los procedimientos e hacen con la orina “limpia”.

La paciente en mención regresó al hospital ante la ausencia de micción. Acaso un residuo del cálculo tapó el uréter del único riñón funcionante. En este caso el tratamiento es colocar una sonda para destapar la obstrucción y salvar el único riñón útil.

Se menciona que la bacteria implicada es la Pseudomonas sp. Esta bacteria es un habitante “natural” de los ambientes hospitalarios vive en medios acuosos como lavabos, baños, agua para floreros o duchas. Más aun, crece espontáneamente en las zonas húmedas del cuerpo como axilas, zona perineal (genital) u orejas. Lo de espontáneo merece una pequeña explicación: las bacterias viven en colonias, las diferentes especies se anulan entre sí y alcanzan un equilibrio ambiental, cuando una colonia muere por efecto de antibióticos y/o desinfectantes, otras colonias crecen sin oposición.

Es posible que la Pseudomonas sp. Se haya adquirido dentro del ambiente hospitalario o habiéndose colocado el catéter en condiciones óptimas se haya colonizado en los días siguientes a partir de las bacterias de la piel de la propia paciente. Incluso existe la posibilidad de la adquisición de tal bacteria en la unidad de cuidados intensivos, hecho que puede suceder incluso en los centros que cuentan con medidas apropiadas de bioseguridad. Las infecciones intrahospitalarias son un riesgo en todos los hospitales del mundo.

¿Cómo una infección urinaria desemboca en necrosis de dedos de manos y pies? Dos explicaciones, las toxinas bacterianas pueden generar un proceso rápido y masivo de trombosis intravascular (coágulos que tapan las arterias), entre las bacterias causantes esta la Pseudomonas sp. como Staphyllococcus, Streptococcus, entre otras. La otra explicación descansa en el hecho de que si la paciente estaba en una condición llamada shock séptico, cuando entre otras complicaciones la presión arterial cae peligrosamente, los fármacos usados provocan que una contracción arterial que aumenta la presión pero que en algunos casos pueden generar una necrosis.

En cualquier caso, estamos hablando de un caso penoso que merece nuestra empatía y una rehabilitación física y psicológica. Pero de allí, hablar de negligencia sin las pruebas y la pericia necesaria, de mencionar prisión preventiva, retiro de pasaporte (¿?) –solo basta una requisitoria-, embargo preventivo de bienes es de una audacia malsana.

Primero la investigación y discreción del caso. Algunas evidencias nunca van a poder ser recogidas, no por dolo sino por la naturaleza de los eventos. A las partes involucradas, a ambas, mantener la cordura y la razón por sobre las emociones. Al periodismo, primero investigar antes de hablar, pensar antes que calificar, disculparse ante los exabruptos ya mostrados y sobre todo no anteponer el rating al dolor humano.

Este caso va a generar discusiones secundarias, ya lo estamos viendo. Los argumentos no deben provenir de la revancha ni la indignación irracional. Debemos preparar los mejores argumentos por el bien común y nosotros, los médicos, buscar sobre todo el mejoramiento continuo.

Es todo. Por ahora.

  

viernes, 3 de junio de 2016

Reflexiones al borde del abismo


Foto del muro de Facebook de Heduardo Rodriguez 

Fuerza Popular funciona como una empresa donde Keiko Fujimori sería dueña de la marca, Joaquín Ramírez su tesorero y Jose Chlimper haría las veces de CEO. Sería una organización organizada y compartamentalizada (si cabe el término). Fuerza Popular tiene una misión: el poder y de su visión prefiero no ahondar.

Por eso, carece de doctrina ya que tiene objetivos y metas. Del mismo modo no logra acuerdos políticos de consenso, consigue alianzas estratégicas, sin importar de dónde proviene el apoyo si le es útil a sus intereses. Eso explicaría sus adhesiones recientes: mineros ilegales, transportistas ilegales.

En una sociedad que ha crecido en nombre del éxito personal y donde el logro de metas es lo más importante, no sorprende que en un sector de la población sea inmune a las múltiples evidencias de corrupción en Fuerza Popular. Cuando el emprendedurismo ha calado tan hondo, los valores no importan, en realidad no se conocen y encima no dan dinero.

Valores como democracia, libertad de prensa o independencia de las instituciones por eso suenan tan extraños, en una empresa o en una corporación no se admiten las disidencias, para eso te canbias de trabajo o simplemente te despiden.

Pero esta reflexión a la inversa conlleva un pequeño problema, pequeños para aquellos, grande para nosotros. No nos podemos cambiar de país tan fácil (en todo caso no millones de personas como en Medio Oriente) sin provocar una crisis de proporciones y el colapso del país y no nos pueden despedir a todos (deportar o lo peor, “desaparecer”).

En este país debemos convivir todos y nos queda claro que las cosas como están, con una corrupción rampante y el narcotráfico infiltrando todo, nos llevan a un inviable modelo de sociedad. Nos ha costado mucho en término de años de vida perdidos, de muertes y colapsos económicos para volver a un régimen totalitario que persigue y destruye la disidencia, que deforma la verdad en su provecho, que toma el Estado como un botín y una estructura catalizadora de sus propios negocios o los de sus secuaces y leales seguidores.

En cierta medida, la campaña de Keiko Fujimori ha reeditado la campaña de su padre contra Mario Vargas Llosa, repasen las mentiras, la manipulación de la información, el desprecio a las denuncias, el populismo sin vergüenza, el ataque venal basado en la construcción de pruebas falsas. Keiko es su padre si no nos hemos dado cuenta, pero 25 años después.

La sociedad es otra, le quedan las cicatrices de la oprobiosa dictadura y por lo tanto desde un sector no despreciable, nos encargamos de recuperar la memoria, de luchar por las libertades y por el deseo de una sociedad mejor, la que todos merecemos. Pero del otro lado, los esbirros de la dictadura se han reciclado y otros se han diversificado. En aras del emprendedurismo arrasan con las reglas democráticas y de convivencia. Otros, sobre todo los del pasado ostentan un ajuar democrático pero siguen siendo sus “topos”, ellos añoran los años del pensamiento único y del modelo salvador. Añoran la aplanadora del fujimontesinismo.    

Ante esta dicotomía, las elecciones son un plebiscito entre democracia y dictadura encubierta, entre diversidad en armónica convivencia y totalitarismo, entre ciudadanos de verdad y consumidores o receptores de programa de ayuda social. Como en algunos episodios de nuestra vida republicana nos hemos colocado otra vez muy cerca del abismo, pero ahora la posibilidad de alejarnos de él la tenemos en nuestras manos o mejor dicho, nuestros votos.

Tenemos este 5 de junio la oportunidad de implantar un punto de quiebre, de desplazar al narcoestado y a la corrupción que conlleva, de no caer en la violencia, de sentar paulatinamente las bases de una nueva sociedad. Nadie dice que será fácil. Muchas batallas nos esperan, pero al menos lo haremos en libertad, con la capacidad de escuchar a todas las voces y de llegar a consensos.

De eso se trata este domingo, de construir un Perú mejor.


viernes, 8 de abril de 2016

#KeikoNoVa


Fuente: Ubícate 

Una entre las tantas calamidades que trajo el fujimorato  a nuestro país y a las generaciones venideras fue la perversión de la moral pública. El fin que justifica los medios, el todos contra todos, el éxito a toda costa -no importando si en el camino quebramos principios, instituciones o personas-, la mentira como medio de cambio, la negación del otro y de las verdades, el no llamar las cosas por su nombre, la componenda clandestina, la comisión por “negocios”, el reglaje de los opositores, la denigración del que piensa distinto a uno, el arrasar como medio de avance, la no construcción de consensos. La lista podría continuar.

Los casos criminales, algunos ya están judicializados y por esos delitos (no errores) Fujimori, Montesinos y muchos de sus cómplices (pero no todos) purgan condenas en la cárcel. Otros delitos y otros cómplices esperan juicios y el reconocimiento de los delitos. Pero alguien podría decir que no todos pueden pagar por los responsables directos, pero si se asume un proyecto político que reinvidica el pasado lo mínimo esperado es el reconocimiento y la solicitud de perdón y hacer lo posible para que los presuntos culpables sean juzgados y las víctimas tengan una reparación moral y económica.  

A estas alturas de la elección no podemos mover al fujimorismo de su cómodo primer lugar. La lucha continua para la segunda vuelta.

Pero si creen que el fujimorismo ha cambiado entonces cómo se pueden explicar las decisiones del JNE; el psicosocial del “Golpe de Estado” que circuló por Whattsapp y las redes sociales horas antes de la marcha contra otro 5 de abril; o, las revelaciones sobre los aportantes de la campaña de Keiko en los Panama Papers.

Otra pregunta que no se quiere responder es por qué miles de personas salen a la calle a protestar contra solo uno de los candidatos, Keiko Fujimori, por qué cientos de intelectuales y académicos firman una carta sobre la misma candidata y no contra otros.

La respuesta podría estar en que a diferencia del resto aquella candidata representa una buena parte de la política peruana más nefasta (la otra es Alan García, pero de aquel se encargaron Fernando Olivera y el menos de 5% de intención de voto) que muchos de nosotros no queremos repeir pues el fujimorismo rela no ha desaparecido permanece agazapado, en estado latente, esperando nomás limpiarse por la vía electoral para mostrarnos su más toxico rostro.


Por eso, #KeikoNoVa