lunes, 7 de mayo de 2012

Especies marinas en peligro




La muerte masiva de delfines y pelícanos ha convocado la atención mundial de las grandes cadenas de noticias que informan diariamente sobre este hecho. Mientras tanto en nuestras costas y con buen criterio, el Ministerio de Salud ha decretado una alerta sanitaria recomendando abstenerse de visitar las playas.

La medida es razonable ya que si bien los reportes han descartado la presencia de Influenza aviar y del virus de Newcastle, un representante de una ONG ligada a temas ambientales ha deslizado la posibilidad de una epizootia de una especie de Morbillivirus.

El tema es importante ya que los Morbillivirus forman parte de una gran familia de virus, entre los que destacan virus humanos como la Parainfluenza (infección respiratoria), el sarampión, las paperas y la Rubeola. Por otro lado, en esta gran familia existe el virus de la Distemper canina y otros virus que atacan a primates, cerdos, caballos y murciélagos. Entre estos agentes encontramos a los virus Nipah y Hendra, altamente patógenos de mamíferos voladores como los murciélagos y que ampliaron su rango de hospedero incluyendo a casos humanos, los cuales tuvieron una enfermedad respiratoria con complicaciones neurológicas.

Por tal motivo, la alerta sanitaria tiene buenos fundamentos y debiera de ser cumplida a cabalidad. Es más dudoso saber si el consumo de alimentos marinos crudos como el cebiche puede conllevar un riesgo, pero ante las dudas y en espera de resultados, la recomendación de abstenerse es saludable.

Ante las voces que reclaman mayor rapidez, es conveniente anotar que las necropsias de animales muertos, su análisis con microscopía electrónica (ya que los virus no son visibles con el microscopio óptico convencional) toma un tiempo que es dependiente de las técnicas disponibles. Luego de aislar un virus lo obligatorio es someter la muestra a análisis moleculares, es decir comparar la secuencia de ácidos nucleicos virales (algo así como nuestros genes) para encontrar su homología con los patrones de una biblioteca genética viral. Labor que dudo pueda hacerse aquí por las limitaciones de nuestros laboratorios. Para ello acaso sea factible enviar las muestras a laboratorios de referencia mundial. Todo eso toma un tiempo razonable que los equipos científicos locales no deberían de perder. La función de las autoridades es el de proveer las facilidades necesarias a estos equipos y el de informar a la población en forma clara y precisa. Y si fuera posible, el uso de la fuerza pública para la evacuación de personas que rompan las medidas sanitarias, que tienen rango de ley. Para mayor ejemplo los interesados en análisis y control de epidemias pueden revisar la película Contagio, que tiene un buen afán didáctico.

Además de contar con los canales oficiales con los que cuenta el Estado, los medios masivos de comunicación, que tienen una mejor cobertura en la comunidad, debieran de apoyar en las labores de difusión, a través de sus reportajes a expertos y el rebote oportuno de los comunicados oficiales, a ver si así nos despercudimos en algo de las noticias policiales que inundan el mayor tiempo de nuestros noticieros locales.

A estar entonces con el ojo abierto en el mar