El pasado 26 de Julio, el Ministro de Salud, ha publicado un editorial en El Comercio: La necesidad de un golpe de timón.
El artículo abunda en datos numéricos que pudieron ser condensados en oraciones, no se requería tantos números para decir que:
- Las tres cuartas partes de los establecimientos de salud supera los 25 años. En ellos una buena proporción necesita reposición de equipos y de mantenimiento preventivo.
- La densidad de profesionales de la salud es inferior al promedio de América Latina, y peor aún, está mal distribuida. La baja densidad se relaciona directamente con nuestros indicadores sanitarios, que en el caso de la salud materna son pobres.
- Que existe una fuga creciente de profesionales del MINSA hacia el exterior u otras instituciones.
- Que cada vez mas médicos graduados tienen como primera opción salir del país.
Insiste además, con una manía obsesiva, que los médicos trabajamos 6 horas al día, pero omite decir que trabajamos 6 días por semana. Cuando la norma en el estado es hacerlo sólo 5 días. Asimismo, menciona a las AETAS, sacando de contexto lo que debiera de ser el meollo de su artículo, la necesidad de una reforma de la salud pública.
Menciona la creación del Sistema Unificado de Salud (error, no es SUS, sino Sistema Nacional de Salud) como un logro del presente gobierno, pero éste es aún un proyecto. Asimismo, refiere que no se hará mas inversión en infraestructura física.
Remata el artículo diciendo que reducirá el gasto de inversión (N.R. tendiente a adquirir, ampliar, conservar o mejorar los bienes de capital) privilegiando el gasto corriente (N.R. no tiene como contrapartida la creación de un activo, sino que constituye un acto de consumo; esto es, los gastos que se destinan a la contratación de los recursos humanos y a la compra de los bienes y servicios necesarios para el desarrollo propio de las funciones administrativas). Una distribución mal llamada quirúrgica por el ministro.
Al utilizar el 75% de su articulo en la exposición cansina de cifras, el ministro termina enredándose en su propia red. No termina explicando lo más importante, cuales fueron las causas y condicionantes del actual estado de cosas. No se le piden hipótesis finales, aunque en la mayoría de casos ya debería de tenerlas, pero falla además en el lanzamiento de propuestas que se queda en lo lírico y general, tan gaseoso y lugar común como la Reforma del Alma.
El MINSA es un sector poco atractivo, pero necesario, ya que es uno de los principales empleadores del mercado laboral sanitario. Luego del MINSA; quedan EsSalud, las FFAA y el sector privado. Existe una sobre oferta de recursos humanos, que sobre todo se concentra en Lima. No existen beneficios para trabajar en provincias, ni salariales ni de infraestructura. Si en los grandes hospitales de Lima las deficiencias son serias, imaginen lo que es en provincias, sino recuerden el caso de las herramientas industriales de los traumatólogos de Huancayo. Aquí las medidas de salvataje se convierten en permanentes.
Otra traba importante es la normativa burocrática, en algunos casos obsoleta, y en otros librada a la interpretación literal de la norma por parte de los mandos medios, lo que origina medidas inapropiadas y hasta risibles, donde un burócrata pretende deformar la realidad a la norma, como si pudiera derogar por memo las leyes de la termodinámica o de la gravedad.
Lo de las normas es un asunto crítico en el SNS, para condensar todos los sistemas en uno, se debe homologar las normas y procedimientos, así como las condiciones laborales. Esto es algo que el ministro ha omitido olímpicamente, ya que lo único que ha hecho es el concurso de logos, es decir lo menos importante, lo trivial.
La mayor contradicción consiste en los gastos de inversión versus los corrientes, dice que no dijo lo que dijo. El ministro propone no mas hospitales pero que puede decir del nuevo local el Instituto Nacional del Niño en San Borja, del INCOR o como dice su página web el día de hoy, la construcción de un nuevo hospital en Huancayo, aunque aquí viene con truco se edificará en el mismo terreno del antiguo y podría llamarle remodelación.
Olvida además el ministro, acaso porque maneja un sector para el que no está preparado, en este caso también mal asesorado -lo que es mas grave-, que muchos de los determinantes de una mala salud están sumergidos en la pobreza: pobre o nula educación, pobre saneamiento ambiental (que incluye insuficiente acceso a agua potable y disposición de residuos sólidos) , aislamiento geográfico (basado en mala interconexión vial), barreras culturales, hacinamiento, migración, entre otros, son tópicos que están fuera del sector pero inciden directamente en la salud. Son competencias de otros ministerios que el actual ministro puede ayudar a corregir a través de un trabajo coordinado con los otrso sectores.
Al hablar sólo de recursos humanos, infraestructura y mejoramiento de la salud el ministro está medicalizando el problema. Al hacerlo podría agravarlo.