Han aparecido en la edición del 30 de Noviembre del New England Journal of Medicine los resultados del controvertido estudio SMART (NEJM 2006; 355: 2283-96. El ensayo comparó dos tipos de tratamiento: el de supresión viral (2720 pacientes) y el conservación de droga (2572 pacientes, basados en el principio teórico que la interrupción de un esquema antiretroviral efectivo puede disminuir la toxicidad provocada por el uso prolongado de la medicación.
El tratamiento se interrumpía cuando el CD4 era >350 cel/mm3 y se reanudaba si el CD4 caía a <250 cel/mm3. Luego de 16 meses de observación (un 26% de personas fueron observados por mas de 2 años) demostró que el grupo que interrumpía medicación tenía 2.6 veces más riesgo de morir o de tener una infección oportunista, debido básicamente a una caída del CD4 y aumento de la carga viral en el grupo que interrumpió el tratamiento (que sólo lo tomó el 33% del tiempo de seguimiento).
El grupo que interrumpió tratamiento el CD4 tuvo 206 células menos que el grupo estándar y su carga viral estuvo suprimida sólo en el 28.8% del tiempo de seguimiento en comparación con el 72.3% que suprimió la carga viral a <400 copias/mL en el grupo estándar.
La principal conclusión, el tratamiento interrumpido, al menos bajo este régimen, no funciona, la adherencia al tratamiento antiretroviral es lo más importante.
En SMART participaron centros de investigación peruanos como parte de del estudio multicéntrico mundial, probablemente ellos tengan mas detalles que contarnos a manera de reflexión.