viernes, 27 de marzo de 2009

La Hora del Planeta


El día de mañana sábado a las 8:30 pm apague la mayoría, sino la totalidad de luces de su casa, por UNA hora.


La acción es simbólica y tiene como fin apoyar las labores de los grupos de activistas en pro de las políticas contra el Calentamiento Global.


Algunos medios de comunicación se han plegado a la campaña. La idea es convocar a cada persona, institución o comunidad a comprometerse por un ambiente saludable y presionar a los líderes mundiales a tomar acciones concretas a partir de la Conferencia sobre Calentamiento Global a llevarse a cabo en Copenhagen este año. Este protocolo reemplazará al de Kyoto.


En el 2007 2.2 millones de personas apagaron las luces de sus casas o negocios por una hora, en el 2008 fueron 50 millones a nivel global, incluyendo el puente Golden Gate en San Francisco, el Coliseo Romano, el anuncio de Coca Cola de Times Square en NY, entre otros.


Mañana entonces, apagar la luz es votar por la Tierra.


Disfruten de la oscuridad, mañana de repente el cielo está despejado.


Los Ochentas


Los Ochentas están de moda, en discotecas y radios, sobre todo en éstas últimas cada cual se precia de rememorar de una mejor manera la música de ésta década. La razón es obvia los jóvenes de los 80´s son los cuarentones y cuarentonas de hoy, con un poder de gasto importante, atractivo para la sociedad de consumo.


Ese es todo el cuento, no hay romanticismo aquí.


Pero ya que estamos en la onda retro, quería reflexionar con ustedes el estado de lumpenización social y profesional que vivimos actualmente, eso no se ha gestado en pocos años, sino que ha ido creciendo paulatinamente en las últimas décadas. El antecedente más lejano puede ser rastreado a las invasiones urbanas de finales de los 50´s, la dictadura militar y el proceso de achoramiento que describen los sociólogos desde los 70´s.


¿Qué paso en los 80´s?


Me atrevo a mencionar, a mi entender y memoria, los cinco procesos que contribuyeron a la estupidización social en los 80´s, ya que se incorporaron dentro del inconsciente colectivo pero no para mejor sino para peor, ahí va:



  1. Las series de Chespirito con su filosofía pueril.

  2. El Gobierno aprista y su hiperinflación, con todo el derrumbe moral que esto implica.

  3. Las canciones de los Hombres G, con su sonsonete entumecedor.

  4. las telenovelas venezolanas y su resabio de intrigas y cachetadas.

  5. La leche ENCI, para ejemplificar la desnutrición infantil.

Una década implica muchas cosas, pero podemos dejar esto para el debate, a ver si se animan a comentar.

La bandeja de entrada está abierta.

jueves, 26 de marzo de 2009

Cuando la Tentación es Grande


La relación de los médicos con los medios de comunicación es dual. Si trabajas en un hospital público huyes de ellos pues te van a machacar con preguntas impertinentes y van a resaltar el desorden y suciedad de los ambientes hospitalarios. Además de siempre reverberar una queja, así sea verdadera o falsa.


En cambio, en el sector privado algunos médicos se comporta como veletas, soñando con la invitación a una estación de radio o a un set de televisión, a que hablen de lo que sabe, le harán un millar de consultas, las que resolverá con solvencia. El premio final es la promoción profesional y la consabida frase: ¿a qué número lo pueden llamar doctor?


Pocos tienen la posibilidad de formar parte del staff de un medio de comunicación. Allí aparte del prestigio ganado por la exposición a miles de personas, se adquiere una responsabilidad, la de decir las cosas correctas.


No sólo es la credibilidad implícita que conlleva la de ser un médico en un medio masivo de comunicación sino además la comunicar conceptos técnicos en un lenguaje claro y entendible para el público. Un valor adicional exigido es que los pares, en este caso el resto de médicos, acepte la veracidad de lo que se dice.


Un caso peculiar es el programa 7 Vidas que se emite por el canal 6 de Cable Mágico, Plus TV, así dice la presentación del programa en la página web del canal:



Dos de las cosas que más preocupan hoy al ser humano son la salud y el bienestar. Por eso, 7 Vidas ha sido recibido por el público no sólo con entusiasmo, sino con gratitud. Y es que no se trata de dar recetas, o vender un servicio médico o una línea de medicinas naturales, sino de informar a la gente en temas de salud para sentirse bien y mejorar su calidad de vida. Con múltiples consejos, que van desde la alimentación hasta sanos ejercicios, Mercedes Cardoso y el Dr. José Francisco Recoba nos brindan claves para vivir mejor, además de las interesantes notas a cargo de Lara Vicich y Milagros Cabanillas.

El programa tiene un contenido temático y para desarrollarlo invitan a médicos con experiencia e el tema. Dos cosas me sorprendieron, la naturalidad y seriedad de Mercedes Cardoso para manejar el programa, lo hace con soltura, con preguntas adecuadas, tato que podría hacer las entrevistas sola.

El otro, el Dr. Recoba, algunas de sus alocuciones no distan mucho del lugar común, aunque eso en sí mismo o sea un gran problema, sino que sus intervenciones no le dan un valor agregado al programa, salvo la de tener un médico en el set. En algunos programas ha intentado hacer algo propio de un médico, que es resumir las conclusiones de trabajos de investigación publicados en revistas médicas, pero algo que está bien en medios académicos no lo está para un programa de televisión, máxime si no existe la cultura de información que si ocurre por ejemplo en los Estados Unidos, donde algunos hallazgos de investigación son primera plana en prensa escrita o televisión.

A pesar que el canal está dirigido al sector AB, las conclusiones o intervenciones de Recoba, no dejan de estar algo alejadas de la realidad local. No se nota en sus afirmaciones un trabajo de campo que nos diga que conoce el entorno sanitario peruano, resumir los journals no es suficiente, le falta el sabor local. Debería recordar eso de Think Globally, Act Locally.

Aparte tenemos el problema de las Incongruencias, que hablamos en un post anterior, Recoba usa tallas XXL y va en aumento. ¿Cómo hablar de buena salud, dislipidemia o riesgo cardiovascular si el índice de masa corporal y el cociente cintura-cadera de uno de los conductores es mayor que el recomendado clínicamente?

Pero como de la exposición televisiva al figuretismo hay un sólo paso, y corto además, Recoba acaba de cometer el peor de sus errores. Ya se veía venir, su vedetismo lo llevaría a los comerciales de televisión a endosar su colegiatura a un producto comercial.

Desde hace una semana aparece un comercial sobre Leche Evaporada Laive Sin Lactosa. El comercial en mención muestra a una madre machacando a su hijo para que tome la leche, ante la insistencia el niño se queja que la leche le cae mal. ¿La solución? la da el Dr. Recoba, indirectamente dice que el niño es intolerante a la Lactosa, al referir que en el Perú existen muchos intolerantes a lactosa. Ergo, debe tomar la nueva leche Laive.

La intolerancia a la Lactosa es una condición que existe pero no es común, es además un problema sobre todo de adultos. En niños puede ocurrir en bebés prematuros o en niños más grandes a causa de un episodio diarreico agudo. Pero ni los niños prematuros deben tomar leche evaporada ni la prescripción de fórmulas de lactosa debe hacerlas un lego. Más aún, que yo sepa no se tienen cifras ni siquiera aproximadas de la magnitud del problema en el país.

Recoba ha incurrido no sólo en un error de concepto, sino que su presencia y sus afirmaciones llevan a conclusiones inapropiadas e inexactas que benefician a un tercero, es decir está induciendo falsamente a la compra de leche con fines de lucro. Mas aun, esta creando o mejor dicho agrandado artificialmente la magnitud de una enfermedad. Las implicancias del accionar de Recoba en el comercial alcanzan incluso la ética del ejercicio profesional al dar información sesgada. No debió prestarse a eso. Me recuerda mucho al comercial de hace varios años donde la Sociedad Peruana de Pediatría recomendaba las cajas Tetrapack (que incluso contienen vino o sangría) y no el consumo de leche o la de Dermatología recomendaba sólo Pampers.

No está nada mal vender leche (es más yo tomo leche evaporada Laive todos los días) ni aparecer en un comercial, sino el de vender su imagen sin percatarse en los fines que serán usados (es decir sin leer el script). Ahora muchos niños y niñas, en un entorno donde a muchos de ellos no les gusta la leche y las madres tienen que hacer malabares para disfrazar el sabor, tendrán como pretexto al médico gordito de la tele para decir que les cae mal y no tomarla o exigir que compren una leche más cara.

En un medio donde la televisión llega a todos los estratos sociales, y el consumo de calorías y proteínas en niños en promedio es deficiente, inducir a la compra de productos más caros con información incompleta y sesgada es altamente cuestionable.

Recoba, puede apelar que lo sorprendieron, mas grave sería haber hecho el comercial a sabiendas que la información inducía a una conclusión interesada. Haría bien en utilizar la tribuna que ya posee en la televisión por cable para aclarar el punto, aunque dudo que lo haga.

Problemas como éste distorsionan y enturbian las relaciones fluidas y continuas que deben de existir entre los médicos, los medios de comunicación y las compañías que producen fármacos, alimentos o suplementos nutricionales.

Esperamos además que las autoridades (¿?) del Colegio Médico y el Ministerio de Salud digan su palabra.

¿Lo harán? Creo que no.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Mión, Mión, Un Gran Camión


"En paginas amarillas encontraré un buen doctor..."



Así comienza el comercial 2009 de las Páginas Amarillas. El que pueden ver en el siguiente enlace: http://www.youtube.com/watch?v=VIIjcDEUEIU


No les falta razón, muchos pacientes, amigos o colegas recurren a a la guía de teléfonos para contactar médicos, para conseguir una consulta o invitación a dar charlas.

Para tal fin, decidí explorar las famosas Páginas Amarillas y encontré un mercado persa, que en algunos casos parecía un pedazo de una avenida llena de consultorios (al conglomerado de negocios de una sola rama le llaman ahora cluster) de un barrio popular de Lima.

Como era de esperarse la Guía Médica, se inicia con una cruz blanca y un estetoscopio. Un índice temático ordenado por razones comerciales mas que académicas, nos muestra emparentados con los naturistas, la homeopatía y la acupuntura. hay además sectores dedicados a la medicina del sueño, acreditación hospitalaria, mapeo cerebral y alergología, además de las conocidas especialidades y sub especialidades.

Lamento además constatar un problema de autoestima en mis colegas Internistas, no aparece ninguno identificado con la especialidad de Medicina Interna como tal.

El tamaño del aviso no está relacionado por si acaso a la importancia del médico sino al costo del espacio. La mayoría, los más discretos, opta por colocar su nombre y colegiatura mas el teléfono, claro está. Otros, mas ansiosos y reflejando acaso cierta inseguridad, colocan su RNE, la universidad donde estudiaron, si estudiaron fuera del país o tiene diplomas, reconocimientos al mérito, medallas de honor, etc. etc.

Como en los avisos de los diarios chicha, esos de Hongos - Piel - Venéreas, los mas atrevidos colocan las enfermedades que tratan, para que nadie tenga dudas: Colecistectemía, Fertilización, Evaluación Cardiovascular, Atención Médica Especializada, Diagnóstico de Embarazo, Uso de Alta Tecnología, etc.

Otros han descubierto que ¡unidos jamás serán vencidos! y se agrupan en Consorcios, Institutos, Centros Integrales, Clínicas de lo que haya (del pelo, de obesidad, de la rodilla izquierda) , Redes, Centros Avanzados, Centros de Investigación y demás hierbas, ah! me olvidaba tambié hay hierberos, perdón naturistas.

Los anglicismos son comunes, para todos hay: Centers, Spets, Gyms, Vitalitys y Lasers. Tambien hay espacio para otros idiomas o inventos como Corpus, la Femme, Vitallia, Omnia, Psyque, Eupsiquia, Oncogyn, Osteosalud, Andromed, Arthros (Porthos y Aramis?) etc.

Pero hay más, como los peruanos somos creativos como el comercial de Inca Kola y la huachafería es parte de nuestra idiosincrasia no podían faltar los kistch (copia inferior de un estilo existente, pretencioso, pasado de moda o de muy mal gusto), allí se llevan las palmas los cirujanos plásticos, los dermatólogos, los ginecólogos, los oftalmólogos, los radiólogos y hasta un psiquiatra. Contra mis presunciones, esta vez los pediatras fueron muy discretos, salvo el de colocar el sufijo Kids a todo, como en Discovery Kids.

Los cirujanos plásticos colocan a la Venus del Milo y la pintura de Boticelli, El Nacimiento de Venus (como diciendo así te vamos a dejar!, un amigo me comentó la canallada de: sin brazos o sin calata -es decir sin plata). También hay un atlas, de un antes y un después, sobre la anatomía de la gordura vergonzante y la vejez inevitable. En otros espacios están también Isis, fotos de chicas en ropa interior, que parecen comerciales de lencería fina o de un gimnasio. Aparte están las fotos de catálogo de los dermatólogos con modelos de piel tersa y lozana. En la sección ocular pupilas, retinas, equipos (parecidos a los de Lidercom), rayos laser que harían empalidecer a las espadas de los caballeros Jedi. Los ginecólogos llegan con cigüeñas, bebes en ecografías 3D (pirateadas del National Geographic), niños rechonchos, ositos de peluche y el psiquiatra nos conmueve con las tribulaciones del Pensador de Rodin.

Mejor ni más variado que en la Cachina.

A propósito ¿cómo es su aviso de las páginas amarillas?

Background Noise


¿Se han dado cuenta de la cantidad de ruido que existe en cualquier servicio del hospital? En las películas o series de televisión, los editores de sonido se encargan de limpiar las impurezas que distorsionarían los diálogos. El ruido subyacente en cambio es grato cuando se ven los partidos de fútbol, los gritos de jugadores, entrenadores o hasta alguna ocurrencia de la tribuna le agregan un sabor especial a los partidos.


Pero en el trabajo. ni estamos en un set de grabación ni en un partido de fútbol, lo que necesitamos los médicos y los pacientes es un poco de silencio.


Una de mis primeras impresiones al llegar por primera vez al hospital cuando era estudiante, fue el silencio, casi monacal, que dominaba el actuar de un pabellón de medicina. Considero además que parte del cuidado hacia personas enfermas es mantener los ambientes libres de ruido.


Pero años mas tarde todo ha cambiado, el soundtrack de nuestro trabajo incluye una serie de efectos especiales, a saber:



  1. El chirrido del mobiliario, no solo por viejo, sino que además los trabajadores ya vienen cansados desde casa y en lugar de levantar los enseres los arrastran.

  2. Los recipientes metálicos que son tirados uno contra otro, como una demostración de percusión urbana.

  3. La tecnocumbia de los radios de las enfermeras, auxiliares y trabajadores de limpieza.

  4. Las radios de los internos, que a diferencia de los de antes, necesitan un fetiche sonoro.

  5. Los celulares de TODOS, algunos más que han incorporado su orquesta pórtatil de salsa.

  6. Las risotadas de los alumnos (de medicina, enferemería, tecnología, odontología), que cada vez vienen en mayor cantidad. Invasión que parece que se multiplicara como gremlins en los pabellones.

  7. Los gritos del personal, que ahora conversan a más de tres metros de distancia.

  8. Las alarmas de los autos que están aparcados fuera del pabellón o el ruido infernal de las calles adyacentes.

  9. Algunas rondas clínicas que mas parecen conversación de esquina de barrio.

Si pudiésemos disminuir en un 50% la contaminación sonora creo que podríamos mejorar en algo los niveles de calidad en la atención de pacientes y nuestra propia satisfacción laboral.


Está en nosotros.




martes, 24 de marzo de 2009

Worst Place To Work


Una compañía transnacional elabora cada año la lista de las empresas con un apreciable trato a sus empleados. La encuesta utiliza dos tipos de instrumentos de medición el Trust Index ©(mide el nivel de confianza, orgullo y camaradería dentro de su lugar de trabajo por cinco indicadores: credibilidad, respeto, justicia, orgullo y camaradería ) y el Culture Audit© (comprensión de la cultura de la organización: demografía, compensaciones a trabajadores, centro de esparcimiento, etc),




Rango Compañías
1 JW Marriott Lima
2 IBM del Perú
3 SAP Sucursal Perú
4 Microsoft Perú
5 Interseguro
6 Sodimac Perú
7 Kimberly Clark Perú
8 Interbank
9 CinePlanet
10 Hewlett Packard Perú
11 Hipermercados Tottus
12 Coca Cola Servicios de Perú
13 British American Tobacco Perú
14 Productos Roche Q.F.S.A.
15 Natura Cosméticos
16 T-Gestiona
17 Banco Interamericano de Finanzas
18 Compañía Peruana de Medios de Pago - VisaNet
19 Belcorp
20 McDonald´s
21 Supermercados Peruanos
22 Cadbury Adams Perú
23 Ernst & Young
24 Saga Falabella
25 Atento
26 Casa Andina
27 Duke Energy Egenor
28 DHL Express Perú
29 Terra Networks Perú
30 Media Networks Perú

Ciertamente yo no trabajo en ninguna de estas compañías, aunque me gustaría hacerlo. Pienso que mi rendimiento sería mejor que donde estoy actualmente.

En mi hospital, la credibilidad es incierta, el respeto no existe (al menos no en la manera en que lo concibo, ya que saludar correctamente no es suficiente), el orgullo es impostado y la justicia es un bien escaso.

Además los jefes no involucran en sus decisiones a los subordinados, auqnue en realidad muchas veces NO tienen decisiones. Ni que decir de los ambientes, sucios, bulliciosos y en completo desorden. No tenemos un lugar decente para trabajar, ni dejar en confianza nuestras cosas, si dejas un lapicero no lo vuelves a ver (y nadie sabe que pasó con él).


Los jardines son amplios, pero salir a ellos es verse acosado como en el Mercado Central, la gente te pregunta donde queda tal sitio, si conocemos a tal doctor o pide que interpretes sus exámenes de laboratorio. Los visitadores médicos, cual modernos depredadores te acechan para presentarte por enésima vez sus productos. Si decides refugiarte bajo una palmera o una de las cornisas de los pabellones puedes ser blanco de las palomas.


Entrar o salir del hospital es una tortura, la avenida Alfonso Ugarte está rota y si no caes abatido por el ruido vehicular y empolvado con la calzada rota y el smog, aun puedes ser presa de los delincuentes que merodean la zona en busca de clientes.


Acaso he pintado un panorama algo desolador del sitio donde trabajo, pero es la realidad tal como yo la veo, ya que existen pocos, diría poquísimos sitios donde poder concentrarse para hacer un trabajo decoroso.


Pero por ahora, salvo que alguien en los niveles de decisión provoque un cambio enérgico en pro de las mejoras en estructura, organización, funcionamiento y cultura, el hospital donde trabajo será para mí uno de los peores lugares para trabajar.


Ahora que ha comenzado el carnaval de postulantes a Director, algunos serios, otros risibles, algunos nefastos, es importante tomar los parámetros de bienestar del personal en la elección de nuestras nuevas autoridades.

jueves, 12 de marzo de 2009

Toothpaste Effect


Tengo que patentar éste término


Trabajo en un hospital público lleno de carencias y de pacientes. Gracias a las normas, costumbres y cultura del MINSA, las cosas suceden a una velocidad distinta, muchas veces lenta y agobiante.


Si uno se deja llevar por el sistema puede vivir sin problemas pero para lograr un objetivo, salvo un golpe de suerte o influencias, puede demorar mucho o sencillamente no lograrlo, al final uno siempre tiene como premio consuelo decir: así será pues. Moverá la cabeza en una acto de negación mirando al piso y volteará la página.


Como persona de poca tolerancia al error o al fracaso, no puedo apelmazarme en esta complacencia. Antes de perder la paciencia o caer en una inacción depresiva, decido empujar el carrito del sistema, ¿cómo?


Muy simple: apretando. Para conseguir que los procedimientos se cumplan, instruyo a mis internos y residentes a hacer un esfuerzo extra, si no llega un reporte o una respuesta de un interconsultante, los presiono para que vayan a buscarlo y no cederé hasta obtener resultados. Como me di cuenta del éxito de la medida, extendí el pressing a enfermeras y técnicos, con resultados similares.


En este juego, a veces uno se encuentra obstáculos, que son mas la excepción que la regla, como por ejemplo un cirujano pocas pulgas que se molestó por la presión o encontrarse con un maestro de la evasión como Houdini, con éste último sólo pude ingresar mi paciente a sala luego de 21 días de presión continua.


Con los alumnos la cosa funciona igual, no basta con enseñar conceptos sino además motivarlos a que aprendan las habilidades necesarias, aquí también juega la presión, algo así como a Dios rogando y con el mazo dando.


La idea es apretar y como en la pasta de dientes siempre saldrá algo.


Al final, lo que está en juego es el bienestar de los pacientes y como efecto colateral las personas aprenderán a dar siempre un poco más y ser proactivas. Sólo falta el estímulo.


Si todos apretáramos haríamos un hospital mejor.

El Mundo al Revés


Desplazarse por Lima es un caos. No importa si se viaja en auto propio, taxi o en micro siempre se sufre y existe la alta posibilidad de llegar tarde a pesar de salir a tiempo.


Una calle rota, un auto malogrado o la impericia de los conductores hacen de un viaje urbano una tortura, que empeora si a esto sumamos el calor del verano.


Todos sabemos que Lima es una de las peores ciudades para conducir. Los niveles de desorden y agresividad hacen de nuestro tráfico una experiencia violenta.


Muchas veces no está en juego ni la modernidad de los vehículos o la calidad de las pistas, sólo el modo de manejar de los conductores.


No pocas veces hemos visto a choferes de taxi leyendo su diario de 5o céntimos mientras manejan o esperan el semáforo, yendo a una velocidad muy lenta; o a cómodas 4x4 atracando la vía comprando a un ambulante o conversando por su celular o conversando de auto a auto. En ambos casos, los mundos son iguales, pobres y ricos muestran un gran desprecio por los demás.


Pero sucede otras cosa, el reacomodo de las normas a intereses personales. Hace ya varios años, en la película Una Mente Brillante, se veía como el matemático John Nash imaginaba teorías de probabilidad sobre la atracción entre seres humanos en una sala de billar. ¿qué tiene que ver esto con las vías de nuestra ciudad?


Existe un juego numérico y estidístico de atracción, o mejor dicho aglutinación. Yendo a contraposición de la norma biológica de la tendencia al medio, en el tráfico existe la tendencia a la izquierda. Todos sabemos que a más vehículos el tráfico se hace más pesado. No es un secreto que el parque automotor ha crecido sustancialmente en los últimos años, haciendo insufrible el tráfico en horas punta. Que sucede: todos sabemos por teoría que en una avenida el carril de la izquierda es el más rápido y se reserva la derecha para una marcha más lenta. En Lima esto es al revés.


Tomemos el caso de cualquier Vía Expresa. La mayoría de choferes al ingresar a ella escogen el carril izquierdo, rehuyen el derecho ya sea por los taxis, algunos colectivos o por las vías de entrada y salida, el medio lo consideran insufrible pues se está expuesto al ingreso o salida de vehículos por ambos lados. Como resultado de ello, la mayor carga vehicular la soporta el carril izquierdo que avanza más lento y tiene la cola más larga. Mas aún, nuestros cansados choferes encuentran el placer adicional de ir "recostados" sobre la la vía izquierda y asi comodamente llegar a su destino, pero mucho mas tarde. A esto hay que sumarse el detenimiento parcial del tráfico por todos los que quieren pasar de los carriles restantes al izquierdo.
El mundo a revés, si no me cree, inténtelo hoy en la Vía Expresa, de sur a norte o viceversa.


viernes, 6 de marzo de 2009

Los Humala


Por estos días está circulando la promoción de una novela llamada Los Barriga, una gorda que me cae antipática, pero según ella es linda, encuentra su príncipe azul en un argentino clon de Christian Suarez (el de la Bozzo).


Gracias al blog de Neverland, mis amigos adictos al Winning Eleven, he encontrado una descripción formidable:



Los Humala.- Los Humalas son los malos de Neverland. Cuando ellos ganan, Neverland sufre. Cuando ellos pierden, Neverland celebra. Los Humala nunca celebran los goles: solo se miran de reojo y se dan la mano. Cuando están perdiendo, los Humala empiezan a sufrir en silencio, mordiéndose los labios. Cuando ganan, su aire de autosuficiencia termina por enrarecer el clima tenso, la frustración de los perdedores, el orden del mundo

Hace poco he visto la celebración de los Humala en su versión médica. Igual: se miran de reojo, en realidad siempre lo hacen, sonríen con desgano, incluso una de ellas mantiene las cejas fruncidas al sonreír (incluso cuando baila) y cuando están en el llano petardean el sistema, como los terrucos.


Y cuando ganan y hacen su fiesta, la mayoría se convierte en apática.


Es que el mundo puede vivir tranquilamente sin ellos

Mimaskot


Si todavía tiene hijos pequeños deles Mimaskot.


Estoy impresionado por la tanda de comerciales que nos ametrallan cada 15 minutos con las bondades de esta comida canina que da tanta energía.


Con Mimaskot el perro vuela, es más inteligente, más ágil, más fuerte y su pelaje alcanza mas tersura y brillo.


En mi época no existía Mimaskot, sólo camote, de repente si lo hubiera intentado aún tendría la cabellera de joven.


Pruebe, de repente no le va tan mal a sus vástagos. Total, tiene una combinacion de proteinas de la carne y cereales enriquecidos con omega 3.

Fuma el barco




El verano es una estación que tiene un encanto particular para mí. La playa, la piscina, las noches cálidas. Es mi etapa menos productiva y como la cigarra de la fábula dedico mas horas al esparcimiento, sin dejar de cumplir con mis obligaciones pero a un ritmo mas sosegado. O si hay que redoblar el esfuerzo escoger las horas mas frescas, temprano por la mañana o tarde por la tarde.




El bochorno estival ayuda a esto, el calor atonta y amengua las ganas de hacer mas esfuerzo que el necesario. Acaso esa sea la razón para que en Piura o la selva, además de la siesta vespertina la gente viva a una velocidad mas lenta.




Volvamos a los placeres del verano, la playa o la piscina, la idea es refrescarse. Correr para buscar una ola o flotar en el remanso de una piscina.




Flotar es muy relajante, sentir el agua como golpea los oídos, ver la inmensidad del cielo. Si no lo ha hecho en este verano inténtelo, aún quedan días de calor.




Flotar, eso también hacen algunos en el trabajo. Yo conozco varios.




Llegan al trabajo y se acomodan a las circunstancias, la ley del mínimo esfuerzo, sin despeinarse. Algunos, que trabajan con papeles, se dedican al deporte del conducto regular, es decir la lentitud mortal de la burocracia. Y los problemas que aparecen, pues o se hacen que no los ven o los meten bajo la alfombra para que nadie se de cuenta.




Promover el cambio y la proactividad, ser creativos e innovadores, comprarse problemas para solucionarlos y lograr un mejor ambiente laboral o mejoras en la atención del paciente no está en su disco duro, eso es para otros, eso sólo se ve en las películas o en los países avanzados.




Se pasan los días viendo los éxitos de otros, a veces con envidia o viendo como los tumban, para ellos lo que importa es llegar a la hora de salida. Si alcanzan una jefatura, los que trabajan son los otros, que para eso están los subalternos.




La idea es flotar o quedarse viendo el horizonte en lontananza, lento, paralizando mientras el reloj hace su trabajo.




Yo conozco varios en mi hospital, pero no voy a decir sus nombres, ustedes ya saben quienes son.




Incongruencias


Por esas cosas del azar, cerca a mi casa vive un cardiólogo. Gordo como una glándula. Me enteré de su existencia por una vecina, de esas tan comunicativas que no faltan en el barrio. Ayer por la tarde lo vi salir de su casa, enfundado en un gorro y una casaca de nylon que lo hacían lucir como una carpa, usaba bermudas y zapatillas. Al parecer salía a ejercitarse.


Me puse a pensar en las incongruencias de mi peculiar vecino, ahora convertido en carpa rodante. Sentado en su consultorio, como Jabba the Hutt, tomando la presión arterial, revisando los paneles de colesterol, recomendando dietas y advirtiendo de los riesgos cardiovasculares de la obesidad y la dislipidemia ¿con qué cara?


En la profesión médica vemos con alguna frecuencia estas incongruencias, por ejemplo como poder recomendar medidas de higiene si el aspecto general no es necesariamente el que se ve en un comercial de jabón, o, la de un neumólogo fumador.


Pero un aspecto mas importante es el referido a la ética, hace poco he conocido algunos casos: uno de un notable, otro de un pseudo notable y de un par mas de desconocidos. Miran y critican los errores ajenos, incluso hacen demostraciones públicas de indignación.


Por supuesto, sus oyentes los escuchan, si no les creen al menos siembran la duda. Cuando uno analiza mas de cerca tal comportamiento descubre que la denuncia obedece a un conflicto de interés por parte de ellos, no lo harían si no fueran a sacar provecho de su acción moralizadora.


Pero lo que mas escarapela es descubrir que uno de los denunciantes sufre del mismo problema del denunciado, al que han quemado en la hoguera de su peculiar inquisición.


Que se puede esperar entonces de tamaña incongruencia, de la doble moral demostrada por el notable.


Solo eso, saber que ni los pergaminos ni la acumulación de conocimiento ni las canas son vacunas contra la inmoralidad.


Si hay viejos verdes porque no pueden haber otros inmorales


Mire a su alrededor, de repente encuentra uno.