martes, 9 de septiembre de 2008

El Dos Puntos


Las últimas dos semanas han sido prolijas en los enfrentamientos provocados por el Ministro (?) de Salud. ¿Qué nos queda de ello?


Titulares ganados sólo en periódicos chicha, y entrevistas tipo publirreportaje en el canal del estado y otro, al parecer blandos ante el gobierno. Los diarios serios han intentado dar una idea mas equilibrada del problema. Además de una mellada imagen de todos los médicos con la opinión pública. A continuación una muestra del reportaje aparecido en la República el pasado domingo




Se ha pretendido generalizar uno o dos casos, descubiertos en las visitas inopinadas, como una conducta expandida entre los médicos del MINSA. Ahora, se pretende decir que no fue su intención original, que existen resoluciones de felicitación, que la culpa la tiene la prensa por presentar imágenes ¿Cómo se puede tener la intención de felicitar a los médicos cuando lo que parece es que usted trata de mellar su imagen al exponerlos ante las cámaras como si no cumplieran su trabajo?


Mi política ha sido presentada en los últimos días como antimédica cuando en realidad es propaciente. Lo que he buscado es identificar los problemas, mostrar un comportamiento que en algunos casos linda con ilícitos penales. Los últimos días creo que hubo un acompañamiento mediático que no se dio en los últimos nueve meses.


O sea que la culpa es de los medios por haber expuesto a los médicos al escarnio.

No, no, no. Lo que estoy diciendo es que en las últimas semanas, cuando hemos mostrado algunos malos ejemplos o cuando se ha dado alguna infeliz circunstancia en la que la visita condujo a alguna injusticia, incluso cuando se ha mostrado algún problema como en el Hospital 2 de Mayo o en el Daniel Alcides Carrión, hubo un rebrote mediático muy fuerte, quizá por el contexto. Pero se ha puesto el énfasis en lo que considero anecdótico. Lo terrible es haber encontrado que en el Alcides Carrión cobraban ocho soles por consulta del SIS, cuando es gratis, o que a una señora le cobraran siete pares de guantes.

Una persona que ostenta el cargo de Ministro de Estado tiene todas las herramientas normativas y legales para poner orden en su sector. Las visitas inopinadas, antes que una supervisión, mas parecen ser parte de un circo para desvirtuar la próxima huelga médica.


El asunto de fondo a nueve meses de asumido el cargo es la ejecución de las políticas de salud. Al margen de las declaraciones líricas no existen propuestas claras respecto a importantes temas de salud pública, al menos y en beneficio de la duda, no han tenido la fortuna mediática que sí la tuvieron los mal llamados médicos dormilones.


Aquí un decálogo de problemas que no han tenido una seria atención por parte del Ministerio de Salud:



  1. El Ministerio de Salud ha invertido menos del 2% de su presupuesto, y al igual que la región Pasco es uno de los menos eficientes. La declaratoria de Emergencia del sector puede aliviar en parte la deficiencia pero abre la puerta a las adjudicaciones sin licitación.


  2. El país aún cuenta con indicadores pobres en mortalidad materna, en promedio 185/100,000. Tasas injustificadamente altas pueden verse aún en la periferia de Lima, no se ha atacado agresivamente el problema.


  3. En las enfermedades transmisibles como el SIDA y la Tuberculosis, no se concluye aún con la revisión de las guías del MINSA para el tratamiento antiretroviral y modificaciones al esquema DOTS Plus para el manejo de la tuberculosis resistente a multiple drogas. Un tema adicional e importante es el asunto de la bioseguridad, que no parece ser política del sector. Las anunciadas remodelaciones deberían ser muy sensibles a este punto.


  4. La Malaria y otras enfermedades metaxénicas deben rebrotar en la próxima temporada de calor, no se sabe de medidas de prevención y control.


  5. Los Bancos de Sangre mantienen las deficiencias en estructura, organización y funciones, como si no hubiesemos aprendido de los escándalos del año pasado. Mas aun, la donación voluntaria sigue siendo una buena intención.


  6. El Sistema Unificado de Salud, se mantiene a nivel retórico, pero no se sabe nada acerca de la normativa y la homologación administrativa de todos los sectores. Se sabe que esta es una tarea que conlleva una reforma del estado, por eso su complejidad.


  7. El Seguro Integral de Salud, se viene expandiendo y como tal produce distorsiones, deficiencias y malentendidos. Urge implementar los mecanismos correctivos.


  8. Los hospitales y el sistema de centros periféricos son insuficientes para la demanda, que además está mal informada y confundida. Los problemas pasan no solo por infraestructura sino por una reforma normativa. La excesiva burocracia genera corrupción, no necesariamente de los médicos.


  9. Las muertes y discapacidad por accidentes de tránsito avanzan rampantes en la estadística anual. No basta con anunciar el registro de accidentes, ya pasó la hora de las estadísticas, urge la acción preventiva, sobre todo en Lima, principal zona de siniestros


  10. La Vigilancia Ciudadana sin una adecuada orientación al usuario es sólo un saludo a la bandera, no basta con ser una caja de resonancia o un prisma que deforme la realidad y magnifique los reclamos, urge una real asistencia al usuario de servicios, no es posible que los hospitales y centros no cuenten con personal entrenado y que sea fluido en las lenguas nativas como el quechua y el aymara.

Como se puede ver, los principales problemas del sector no pasan necesariamente por medicalizar la salud pública. La incompetencia y la mala actitud ante sus subordinados hacen de éste un Ministro que no se comporta a la altura del cargo. En lugar de crear un clima de colaboración y compromiso a mediano plazo, el Ministro ha preferido enfrentarse de mala manera, escudándose tristemente en las cortinas mediáticas.


Sin propuestas serias, no queda mas camino que la renuncia.


¿Qué espera?